Lo de Toni Abadía era de esperar. El atleta del Nike está en el mejor momento de su vida tras sus demostraciones en los crosses de Amorebieta, Itálica, Elgoibar y Lasarte. El Simply Scorpio contó con él junto a Carlos Mayo para disputar un 3.000 de ensueño en el Trofeo Ibercaja. El objetivo era batir el récord del Gran Premio en poder de El Penti desde hace once años con 7.50.94. Abadía no decepcionó a la concurrencia y puso el Palacio patas abajo cuando paró el crono tras una última vuelta frenética en 7.49.53.

Toni fue el protagonista de una competición que fue de menos a más. El club amarillo supo escribir el mejor guión en el Palacio de los Deportes y lo bonito, como en las buenas películas, llegó al final. El público, que llenó una instalación plagada de niños, se fue calentando con las pruebas escolares. Aplaudió tibiamente los triunfos de María Hernández en la longitud (5,03), Ángel Sanclemente en los 400 (51.02), María Andrés y Víctor García en los 800 con 2.14.17 y 1.53.33, Javier Colomo en las vallas (7.87), José Emilio Bellido en el triple salto con (15,91) y Didac Salas en pértiga con 5,20. Aquí se produjo el pufo del mitin con los 5,10 Lázaro Borges, subcampeón del mundo en Daegu.

HOMENAJE A GINÉS

La emoción se desbordó con el homenaje del Simply Scorpio a una de sus atletas. Laura Ginés recibió el cariñoso aplauso del público tras su retirada en las combinadas con su querido entrenador José Luis Martínez. Quedaba un cuarto de hora para el final. Estela García hizo su crono personal en los 60 con 7.43 y mejor marca femenina. Ángel David Rodríguez hizo la marca nacional del año con 6.65 y mínima para el Mundial de Portland. Además ganó el Memorial Carlos Val.

Y después llegó la guinda del pastel. Todo estaba preparado para que Abadía y Mayo armaran el taco en el Huevo. Contaron con dos liebres. Sergio Cortés estiró el grupo compuesto por Manceñido, Abadía, Mayo y Mateo. Pasó el mil con dos segundos de retraso (2.37). Manceñido arañó un segundo al pasó por el dosmil (5.15). Abadía se deslizaba sobre el tartán y a falta de 900 metros se fue como una exhalación. Recuperó el retraso y llegó como un cohete a meta. Mejor marca de la instalación con 7.49.53 y mínima para el Mundial de Portland. "Las condiciones no eran idóneas y las sensaciones no eran muy buenas. Me he sentido raro y con el pulso muy alto de inicio. Eso se convierte en una fatiga extra. La última vuelta ha sido la más rápida cuando le he pedido al cuerpo un pelín más. El público me ha llevado. En otra pista sería imposible", explicaba Abadía tras su triunfo. Carlos Mayo fue segundo con marca personal (8.01.91) en una carrera que pasará a la historia.