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Lanzarote, Freddy y un traje a medida de fondo de armario

Sergio Pérez

Sergio Pérez

La primera vez que Lluís Carreras nombró aquello del fondo de armario el zaragocista de a pie se asustó. Lo identificó con jugadores complementarios, de relleno, lluvia sobre mojado. Para evitar equívocos con la expresión tardó poco el entrenador en aclarar a qué no se refería y a qué sí. Recuerdan, lo de los dieces y los sietes. Fichajes en varias posiciones cortados por un mismo patrón, de calidad, solvencia y cuya simple presencia provocara el efecto buscado: que la competitividad por el puesto creciera exponencialmente y que de esa disputa individual se beneficiara el colectivo. Así ha sucedido.

Un ejemplo nítido de este escenario que imaginaron Narcís Juliá y el técnico en su plan para reestructurar la plantilla, y que ahora se percibe claramente en la práctica, es lo que sucede en las bandas, donde la pugna por un lugar en el once es realmente grande. Manu Lanzarote, decisivo en El Sadar y determinante de nuevo ayer con su precioso tanto, e Hinestroza, decisivo en la segunda parte ante el Leganés, goleador en Córdoba y suplente contra el Lugo, ejemplifican perfectamente el caso. Junto con Ángel han sido los futbolistas más resolutivos en el último mes. Por ahora solo ha habido sitio para uno de ellos, pero de su pelea semanal por jugar el principal beneficiado ha sido el equipo. Los dos han elevado su nivel y, consecuentemente, el Real Zaragoza lo ha subido también.

De momento Carreras ha acotado la decisión. Hasta hoy Pedro ha sido titular, sin discusión. Y Lanzarote e Hinestroza se han repartido el otro extremo. No sería desproporcionado que ese debate se abriera a tres bandas. Es el resultado del aumento de la competitividad. Todos crecen cuando ven su posición amenazada. El fondo de armario de Carreras era un traje a medida del Zaragoza.

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