Se siente fuerte y trata de demostrarlo en todos los entrenamientos. Jorge Lorenzo, ganador de 61 carreras y poseedor ya de cinco títulos, ha empezado el Mundial tal y como concluyó el último: arrollando, campeonando, victorioso.

Su compañero Valentino Rossi fue incapaz de vencer a Lorenzo en el 2015, cuando siempre, siempre, estaba a uno o medio segundo del mallorquín. Fue el tercer hombre quien, al final, se llevó el título, pero como reconoció el mismísimo Marc Márquez, que perdió 60 puntos por no conformarse en tres carreras con la segunda plaza, "nadie merecía más este título que Jorge".

Y llegado el nuevo año, el nuevo Mundial, las nuevas normas (centralita informática común para todos y nuevas ruedas Michelin), Lorenzo sigue siendo el mejor, "lo que no quiere decir que vaya a renovar el título sin esfuerzo". El mallorquín, que ha realizado una pretemporada impresionante, reconoce: "Los cambios técnicos benefician a los pilotos que somos más sensibles y perjudica a los que poseen un pilotaje más agresivo como Marc". A Lorenzo le encantaría seguir con su libro de estilo, es decir, apagado el semáforo, escaparse. Pero sabe que los neumáticos franceses no permiten rodar en vuelta rápida en el primer tercio de carrera. Pese a todo, Lorenzo, que teme a las Ducati y a un inspiradísimo Maverick Viñales (Suzuki), cree que, al final, se las tendrá que ver con Rossi y Márquez.