TENERIFE 0 - REAL ZARAGOZA 0 / LA CRÓNICA

Guitián y Rico defienden un punto para avanzar por la senda invencible

El Real Zaragoza empata con un Tenerife muy superior pero sin gol frente a la eficiente pareja de centrales

Guitián y Rico defienden un punto para avanzar por la senda invencible

Guitián y Rico defienden un punto para avanzar por la senda invencible

El Real Zaragoza echó la siesta como tercer clasificado gracias al punto arrancado en el Heliodoro Rodríguez. La victoria del Nástic en San Mamés contra el Bilbao Athletic (0-4) y la igualada del Córdoba en Los Pajaritos (1-1) le han dejado quinto, a cuatro puntos del ascenso directo. Ese empate, el matinal en las islas, premia la labor demasiado sorda del equipo y muy sonora de dos futbolistas en particular, Guitián y Rico, espectaculares en su estreno como pareja central. No es exagerado enfocar con luces cegadoras a este dúo infranqueable que ha sostenido durante 94 minutos el acoso constante, limpio pero flaco de gol del Tenerife del elegante Javi Lara.

La atención, velocidad y toma de decisiones de ambos ha sido un obstáculo infranqueable para un rival superiror de cabo a rabo, dominador del balón, del criterio de su uso y de todos los conceptos fuera del área de Manu Herrera. En ese espacio, pese a disponer de dos claras ocasiones para adelantarse, los isleños pecaron de ansiedad y precisión. O se les aparecieron Guitián y Rico, pesadillas firmes y gruesas para desmontar los ataques del Tenerife.

El conjunto de Carreras apenas jugó. Corrió detrás del esférico, intentado tapar vías de agua con irregular éxito, sobre todo por las bandas, por donde Campins y Abraham sufrieron un calvario en cuanto Javi Lara decidía un cambio de orientación o un pase filtrado. Como Pedro e Hinestroza tampoco acudían para dar un respiro, Suso y Saúl se pusieron las botas por las orillas del campo. Erik Morán, lesionado al final, acusaba sus molestias, Javi Ros pedaleaba cuesta arriba y Culio solo estaba para que le hicieran faltas y aguantar el sofocón sobre la lona. Sin laboratorio y con Pedro en la órbita de la inopia que le persigue, todo lo creativo correspondió a un adversario a sus anchas. De Ángel hubo noticias cuando reventado en tierra de nadie fue sustituido en la segunda mitad por Dongou.

La derrota se colgó del balcón del área. Hasta allí llegó el Tenerife cuando y como quiso, amenazador más en su ambición y buenos modales que en su malicia rematadora. El Real Zaragoza se refugió bajo el paraguas y aguantó el chaparrón para no comter un error grave. Lo hizo Abraham sacando bajo el larguero un córner botado, cómo no, por el omnipresente Javi Lara. Las apariciones de Sergio Gil y Dorca fueron casi testimoniales en un rendimiento global que se puede resumir, sin exageración, en la buena mañana de Guitián y de Diego Rico para defender un punto que hace avanzar a su equipo. Que le mantiene invencible después de siete jornadas. De tres jornadas consecutivas con la portería inmaculada.

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