FÚTBOL

Más que un club

El Gancho CF, equipo cuyos pilares fundamentales se basan en la integración social y el multiculturalismo, organiza desde ayer hasta este sábado el III Trofeo Casco Histórico

Más que un club

Más que un club

M. LÓPEZ BOLEA

El Gancho CF no es un club cualquiera. En una época donde varios equipos de fútbol base se han dejado llevar por cierto resultadismo, el histórico club situado en el centro de Zaragoza tiene una filosofía y una concepción diferente. Eso es lo que van a intentar plasmar en el III Trofeo Casco Histórico que organiza desde ayer hasta este sábado, donde participan 20 equipos (incluso algunos de fuera, como el Lleida) y más de 400 deportistas.

"Hace nueve años ya organizábamos un memorial, pero en él participaban todas las categorías aglutinadas en la misma competición, incluidos los equipos de regional y veteranos, hasta que decidimos cambiarlo", cuenta Miguel Marín, el presidente del Gancho. Y es que en este torneo no cuenta solamente la forma y la competición en sí misma, sino la labor que realiza el Gancho. La integración social y el multiculturalismo son las señas de identidad de este club, tal y como explica Marín: "Realmente lo que buscamos no es solamente la integración social, que también; sino que haya niños de diferentes razas y de todas las religiones".

Desde el Gancho destacan que no quieren convertirse en un gueto, sino que atraen a niños de diferentes estratos sociales y culturales. "Igual que tenemos a un joven sin problemas y brillante en los estudios, tenemos a otro que no puede pagarse el comedor. Lo que buscamos es que hagan un deporte y que tengan un respeto tanto a las instalaciones como a sus compañeros", asegura Marín.

Desde el club han notado que esta integración de chavales con unas coyunturas totalmente diferentes ha funcionado: "Logramos que, por diferentes que sean, todos ellos son aceptados, se relacionan, salen juntos y defienden los fines de semana la misma camiseta".

Cuotas simbólicas

Las cuotas que se pagan por jugar en el Gancho son "meramente simbólicas", como dice Marín. El principal objetivo es que ningún niño del barrio se quede sin jugar al fútbol. "Hay clubs en los que los niños pagan más para mantener a la élite. Nosotros solamente cobramos lo necesario a los que pueden pagar para que las cuentas cuadren", asevera el presidente.

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