Narcís Juliá vivirá el partido de esta tarde como un derbi particular, un envite que enfrenta a los dos equipos de su vida. El director deportivo del Real Zaragoza no solo nació en Girona, también se formó como futbolista en su ciudad natal y completó su carrera deportiva en la capital aragonesa.

Durante tres temporadas estuvo defendiendo la elástica del club gerundense, incluso llegó a jugar en las categorías inferiores de la selección española. En su último curso en el equipo catalán coincidió con Luis Costa, uno de los técnicos más importantes de la historia zaragocista. Costa no dudó en la proyección futura de Juliá, y recomendó su fichaje a la directiva aragoneas.

Con menos de 20 años se incorporó al Deportivo Aragón, en el que pasó cuatro años antes de subir de manera definitiva al primer equipo. Con el filial zaragocista logró hacer historia ascenciendo a Segunda División. El salto a la primera plantilla lo dio en la campaña 1985-1986, también de la mano de Luis Costa. Su estreno en la máxima categoría del fútbol nacional no pudo haber sido mejor: debutó en el mes de febrero en un encuentro frente al Celta de Vigo y acabó alzando la Copa del Rey contra el Barcelona unos meses después en el Vicente Calderón.

Narcís Juliá desarrolló su carrera profesional como futbolista en el conjunto blanquillo, llegando a disputar ocho temporadas y más de 200 encuentros oficiales portando el escudo del león en el pecho. Durante esos años, participó en Copas de la UEFA, en eliminatorias de la Recopa, etcétera. Es más, también volvió a disputar una final de la Copa del Rey en 1993, en la que el Zaragoza cayó ante el Madrid dirigido por Benito Floro. Tan solo un mes después de la final copera, Juliá tuvo la mala fortuna de sufrir una grave lesión en el cartílago de su rodilla en un amistoso contra el Huesca, lo que le obligó a abandonar de manera definitiva la práctica del fútbol profesional.

Fue cuando optó por pasar del terreno de juego a los banquillos. Comenzó su experiencia entrenando a los juveniles zaragocistas, y también desempeñó el papel de segundo en el filial de la mano de Luis Costa y en el primer equipo, también con Costa y con otros entrenadores como Txetxu Rojo y Juanma Lillo. Después de varios años, Juliá regresó al Girona en el 2001, pero para ocupar el cargo de director deportivo. Sin embargo, llegó a bajar momentáneamente al banquillo durante la campaña 2003-2004, dirigiendo a los catalanes durante los cuatro últimos partidos en los que logró el ascenso a Segunda.

Doble regreso

No tardó mucho en dejar los despachos y regresar a los banquillos de forma continuada. Tras su paso por Girona, se convirtió en el ayudante de Víctor Fernández en el Oporto hasta su destitución. El gerundense volvió al banquillo zaragocista también de la mano de Fernández hasta que Agapito Iglesias le sustituyó en el 2008, año en el que los aragoneses acabaron descendiendo a Segunda. Fue cuando, de nuevo, regresó al Girona justo a mitad de la temporada 2009-2010 sustituyendo a César Parralo, para acabar consiguiendo la permanencia en la división de plata.

Ese mismo verano, se celebraron elecciones en el FC Barcelona y Sandro Rosell accedió a la presidencia, eligiendo a Narcís Juliá para ocupar la secretaría técnica del conjunto azulgrana. Allí es donde coincidió junto con Albert Valentín, responsable del scouting, con el que llegó al Real Zaragoza el pasado mes de diciembre.