Una victoria sobre el Madrid en el primer partido desde la desaparición de Johan Cruyff sería "muy especial". Pero no sería un homenaje, acaso un bello recuerdo asociado a la dolorosa pérdida. "El mejor homenaje nos lo ha hecho él a nosotros, a los culés y al mundo del fútbol", admitió Andrés Iniesta. Seguramente, gracias a la filosofía que inculcó el creador del Dream Team, él ha llegado al primer equipo. Por su calidad, por su talento fundamentalmente, pero también porque se encontró las bases del estilo que estableció Cruyff en el Barça. Un mosaico que llenará todo el Camp Nou recordará al padre de la idea. Las camisetas lucirán en el pecho la leyenda 'Gràcies, Johan'. La plantilla, con el capitán Iniesta al frente, trama una iniciativa particular.

Por la cercana desaparición de Cruyff, también, y por la identidad del rival, el Barça juega el sábado "un partidazo". Lo que siempre es el duelo frente al Madrid, "un rival muy potente y complicado" como le ve Iniesta, que no observa diferencias entre el equipo de Benítez y el de Zidane. O no quiere verlas. Prefiere preservar la sensación de que el once blanco es el rival más directo, "muy potente y complicado" y que tiene jugadores "que nos lo pueden hacer pasar mal y nos pueden ganar si no hacemos las cosas bien".

Iniesta agradece, sin embargo, que José Mourinho haya desaparecido del escenario. La carga de tensión se ha reducido drásticamente y solo planea alrededor del césped la rivalidad deportiva. "Prefiero los clásicos normales, sin el ruido de fuera, que los que hubo esos dos o tres años", respondió el capitán azulgrana aludiendo a la etapa del entrenador portugués en el Bernabéu, que acabó en el 2014. Tampoco ha habido ruido por la ausencia de muchos futbolistas internacionales en ambos bandos por el parón de las selecciones.

"Los dos equipos nos conocemos muy bien", apuntó Iniesta. Su planteamiento particular del partido es muy simple: "No pensamos en si la diferencia de puntos es mayor o menor, sino en ganar para tener más ventaja sobre el rival directo, mantener la que nos separa con el Atlético y restar una jornada de Liga".

Precisamente el equipo rojiblanco será el rival, tres días después, en la Liga de Campeones. La aglomeración de partidos eleva el nivel de exigencia de la temporada pero, en cierto modo, es la situación deseada. "A principios de temporada firmaríamos estar donde estamos ahora", concluyó Iniesta.