Deporte que da la vida

José Luis Maury sufría una enfermedad hereditaria. Se trataba de una poliposis adenomatosa familiar, y se le acabó desarrollando un tumor en el intestino. La hermana de José Luis llegó a estar cinco años ingresada en el hospital por lo mismo. Cuando se lo diagnosticaron, el propio José Luis optó por el trasplante del intestino. Esto ocurrió ya hace 10 años.

Desde entonces, Maury no es solo uno de los beneficiarios de un órgano donado. También ha hecho todo lo que está en su mano para ayudar a todos aquellos que necesitaban un trasplante similar y para concienciar a la sociedad de la importancia de la donación de órganos. Es el presidente de la Asociación Nacional de Trasplantados de Intestinos y de la Asociación Nacional de Trasplantes de Niños y Adultos.

No solo se va a quedar ahí. En dos o tres semanas será uno de los socios fundadores de la asociación de Deporte y Transplante de Aragón. "Tenemos dos objetivos. El primero de ellos es sensibilizar a la sociedad aragonesa de lo importante que es la donación de órganos; mientras que el segundo es demostrar que las personas trasplantadas no somos unos enfermos y podemos competir igual que los demás", cuenta Maury. Esta sería la segunda organización de estas características que se crea en España, ya que la primera se fundó en Andalucía.

Además, con esta asociación también quieren dar a conocer a todos los aragoneses que han tenido que atravesar un trasplante de órganos la posibilidad de competir no solo en los VI Juegos Nacionales que se disputan en Lorca entre el 29 de abril y el 2 de mayo, también a nivel europeo e internacional. Muchos aragoneses "no son conscientes de de la existencia de estos torneos", señala Maury.

Aparte de que la práctica de deporte es muy beneficiosa para las personas trasplantadas, como cuenta Maury: "Antes de ser trasplantado hacía deporte a nivel amateur; ahora para mí es muy importante y supone una motivación".

Ayudas económicas

Otro asunto en el que se centrarán desde esta nueva organización será en el asunto económico. "No existe ninguna ayuda para deportistas trasplantados desde las instituciones públicas y estamos buscando también patrocinadores privados", explica Maury.

Y es que sufragar individualmente todos los gastos que supone la participación en estos campeonatos es bastante costoso. Por ejemplo, en los Juegos Europeos de Helsinki del próximo verano, solamente la inscripción cuesta 800 euros. "El alojamiento y el resto de gastos que conlleva se me quedan en unos 1.600 euros", apostilla Maury.

Por eso, otro de los objetivos fundamentales de la fundación es tratar de atraer ayudas y patrocinadores para que nadie se quede sin participar en torneos de estas características por circunstancias económicas: "Sería una pena que alguien no pudiera porque esto sucediera".