Los penaltis dejan sin Europeo a la sub-17

El aragonés Morlanes falló el penalti definitivo

EL PERIÓDICO

Los penaltis encumbraron a Portugal, que ganó a España en la final del Europeo de Azerbaiyán después de un partido que acabó 1-1 y que se decidió a favor del cuadro luso desde los once metros. En ellos, España tuvo menos fortuna y Manu Morlanes, el único que falló de todos los jugadores que probaron suerte después de nueve lanzamientos, no acertó. Portugal se llevó un trofeo que no conseguía desde el pasado 2003.

Los chicos de Santi Denia, con el zaragocista Subías de titular, tenían una cita con la historia. Los ocho títulos de España, después de ocho años sin ganar uno, comenzaban a hacerse pequeños en el tiempo. Desde el 2008, cuando el equipo liderado por Thiago Alcantara levantó su último Europeo había pasado mucho tiempo. Por eso, ganar a Portugal era una necesidad para terminar con una sequía de casi una década. Enfrente, España tenía a un grupo que casi arrasó en cada partido del torneo con varios nombres que probablemente sonarán en grandes clubs europeos en un futuro no muy lejano. Un par de ellos destacan por encima del resto: el goleador José Gomes (Benfica), siete tantos al final del campeonato, y el lateral izquierdo Rubén Vinagre (Mónaco). Entre los dos se encargaron de complicar la vida a España, que fue a remolque durante toda la primera parte, de la que salió con vida gracias a una acción aislada casi al final.

Portugal, mucho más sólida en el inicio, acorraló al equipo de Santi Denia, que aguantó como pudo las acometidas de un rival que gozó de varias ocasiones antes del gol de Diogo Dalot en el minuto 27. En todas, tuvieron presencia Vinagre y José Gomes. Primero lo intentó el lateral izquierdo portugués con una internada por su lateral que detuvo con algo de dificultad Ignacio Peña; después, José Gomes asistió con magia a Quina, que pegó un pelotazo contra el larguero. Y, al final, un centro de Vinagre con un toque de Gomes, lo aprovechó Dalot para marcar.

España tuvo la capacidad de no venirse abajo. Brahim Díaz, en prácticamente la única ocasión clara de la que dispuso la selección nacional, empató antes del descanso para establecer una igualada tal vez injusta. Al final, sin prórroga, y con el empate a un gol, fueron los penaltis los que decidieron el nombre del campeón. Portugal estuvo más acertada que España y se llevó el premio gordo. Ya suma seis Europeos, sólo dos menos que la selección española.

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