Manolo Cadenas destila un deje de tristeza tranquila en su voz. Lleva muchos años en activo como entrenador de élite, pero con 61 años es la primera vez que está sin equipo. Su trayectoria como técnico es impresionante. Primero con el Balonmano Cantabria y más tarde en el Valladolid, el Ademar León, donde estuvo doce años, el Barcelona y el Granollers. Este año preparó al equipo polaco del Wisla Plok y ha sido seleccionador español desde el 2013. Pero se conformará con ver los Juegos por la tele.

"No clasificarnos fue un duro golpe en una competición en la que el gran favorito es Francia. Al menos estoy contento del intento y la respuesta de los jugadores. Pero está claro que no fue suficiente. Hay dolor, pero el balonmano sigue, la vida sigue y este deporte hay que verlo con interés en las victorias y las derrotas".

Tras no ser renovado por el Wisla y declarar que quiere abandonar la selección española, el leonés está en una situación extraña. Hace pocas semanas recibió la llamada de Carlos Langarica, un técnico de Dominicos, para que cerrara las jornadas de formación del club zaragozano. Cadenas no dudó un segundo en aceptar la invitación de la cantera aragonesa. "Intento devolver todo lo que me ha dado el balonmano y ha sido una charla entre amigos. Si fuese demasiado oficial, no me habría gustado venir", reconoce.

La conferencia estaba destinada a los técnicos de Dominicos. Se desarrolló desde las seis hasta las nueve de la noche en la Universidad. "He transmitido experiencias personales. No es una clase concreta, sino que me gustaría influir en los entrenadores de Dominicos y azuzarles el deseo de mejorar y crecer en sus equipos", explicaba.

Cadenas llegó a las cinco de la tarde en un AVE desde Madrid y a las once de la noche tomaba un tren directo desde Zaragoza hasta León. En Zaragoza volvió a sus raíces. "Era extremo derecho en Dominicos jugando en el patio del colegio. Eran otros tiempos. Después hice la mili en Zaragoza en los tiempos gloriosos del Helios. Por eso me siento cómodo en un sitio que me resulta familiar", afirma el leonés.

Cadenas es optimista y, pese a la crisis, ve medio llena la botella del balonmano español. "Que haya núcleos donde se formen equipos y se fomente el balonmano es más importante que los resultados de la selección. Un deporte se nutre de practicantes y espectadores. Lo importante es que el balonmano tenga más importancia en la sociedad y los niños y niñas practiquen nuestro deporte", sentencia.