Bélgica, favorecida por los errores defensivos del rival, explotó al fin sus recursos ofensivos, goleó a Hungría (0-4) en Toulouse y entra en cuartos con la vitola de favorita. El equipo de Wilmots, que siempre ha parecido estar por debajo de las expectativas, comienza a asumir su condición de candidato al título, por más que no logre cuadrar un actuación redonda.

Y es que a esta selección belga le cuesta controlar los partidos por la misma composición de un once en el que más de medio equipo sólo piensa en atacar. Si le sale bien, puede arrollar a su rival. Si no, queda expuesto porque siempre está en desventaja en el centro del campo.

Pese a ser el segundo de la clasificación mundial y tener un buen ramillete de estrellas, le falta la pausa necesaria para ser fiable. Ayer, sin embargo, arrasó a Hungría con tantos de Alderweireld, Batshuayi, Hazard y el atlético Carrasco.