El museo "La Casa del Baloncesto" (Museo del Juguete del Baloncesto), que hoy ha sido inaugurado por Zaragoza Deporte en los bajos del pabellón Príncipe Felipe de la capital aragonesa, rememora el mundo de la canasta en todas sus épocas y en innumerables facetas que van desde camisetas y carteles de películas a máquinas recreativas y multitud de objetos de todo tipo.

Al acto ha asistido el presidente de la FIBA, Horacio Muratore, el presidente de CAI Zaragoza, Reynaldo Benito, así como José Antonio Martín Espíldora, gerente de Zaragoza Deporte y principal impulsor de este museo junto a Fernando Planella a través de la "Asociación Zaragoza Ciudad de Baloncesto".

El Museo está situado en dos salas de los bajos del pabellón zaragozano pero lo expuesto solo representa una parte de los fondos de la Asociación Zaragoza Ciudad de Baloncesto.

En un recorrido por ellas se puede observar "máquinas del millón" (pin-ball), barajas, juegos de baloncesto de origen mecánico, eléctrico y electrónico, videoconsolas, fotografías, jarras de bebida, expendedoras de golosinas, figuras de cerámica y plástico, grifos de cerveza y hasta una bocina eléctrica de 1950 de las utilizadas en las universidades americanas, entre cientos de objetos cuyo nexo de unión es el baloncesto.

La inauguración se ha querido hacer coincidir con la disputa en Zaragoza y Utebo (Zaragoza) de los Mundiales sub-17 masculino y femenino, siendo este uno de los diversos actos que se han llevado a cabo durante los torneos deportivos.

Martín Espíldora ha explicado a EFE que la idea de realizar un museo nació hace diez años gracias que Angel Anadón (uno de los históricos del baloncesto zaragozano), que fue jugador y entrenador, cedió "un montón de historia del baloncesto zaragozano en cuestión de documentación, vestimenta y trofeos y a partir de ahí unos cuantos locos de este deporte empezamos a juntar cosas que teníamos todos",

El "alma mater" de este museo ha explicado que se gestó una asociación a la que se fue dando vida y que, a partir de ahí, gracias a conseguir patrocinios, antes más fácilmente que ahora, y a donaciones de personas se le ha dado forma y se ha llegado hasta culminar con esta inauguración.

"Aquí está lo más llamativo y lo que más se puede exteriorizar pero hay muchos más objetos y documentación guardada que no se pueden exponer por falta de espacio. Esto es un inicio y a partir de aquí las pretensiones son ir poco a poco", ha asegurado.

Con lo que todavía tenemos guardado se podrían hacer más cosas pero se necesitan más espacio y más medios.

Para Martín Espíldora la pieza más interesante de la colección es una especie de futbolín, pero de baloncesto, creado en los años treinta del pasado siglo y fabricado en España que ha sido una de las últimas adquisiciones y que ha sido restaurada por un aficionado al baloncesto.

A pesar de esto el impulsor del museo se quedaría "con toda la documentación que hay de la historia del Iberia (uno de los equipos pioneros en Aragón) que fue un referente para que el baloncesto comenzase de una forma más seria en Zaragoza".

El impulsor de la idea ha explicado que todo lo que hay se ha adquirido "a buen precio o buscando chollos" o bien ha sido cedido por amantes del baloncesto.

"Ahora es más fácil conseguir cosas pero hay que tener tiempo para buscar e investigar por Internet, aunque ahora que ya lo hemos dado a conocer es posible que sea más fácil porque haya personas que se decidan a aportar datos o ideas", ha apuntado.

Una gran parte de los objetos depositados proviene de los Estados Unidos pero también hay de otro países, entre los que el más exótico es Japón.