Las reparaciones de emergencia que requería el estadio municipal de La Romareda para mantener la seguridad ya han concluido con una inversión final por parte del Ayuntamiento de 170.000 euros, de los 250.000 previstos inicialmente.

En una visita a las instalaciones del consejero municipal de Urbanismo y Sostenibilidad, Pablo Muñoz, acompañado de responsables técnicos de urbanismo y arquitectura, ha insistido a los medios que estas obras son consecuencia de la "desidia" del Real Zaragoza en el mantenimiento del estadio y que reclamarán al club el pago de estos trabajos.

Así, se han revisado y reforzado los tornapuntas de apoyo de la parrilla que soporta los focos de iluminación, que presentaban problemas por la acción del viento y por una excesiva corrosión, además de limpiar las zonas oxidadas.

Del mismo modo, se han reforzado las viguetas bajo la grada media preferente central, la única zona del estadio que se apoyo sobre los forjados de los antiguos vestuarios y otras dependencias y no directamente sobre el terreno.

Al tratarse de una zona expuesta a la lluvia, la falta de impermeabilización de las gradas que la cubren ha producido filtraciones a lo largo del tiempo, con la consiguiente corrosión de las armaduras de gran parte de las viguetas de hormigón, que estaba muy deteriorado, por lo que se han colocado otras nuevas bajo las antiguas y se ha procedido a un pintado final.

Asimismo, en esta misma zona, al tener un drenaje escaso, se habían producido filtraciones de lluvia que afectaban a dicho forjado, por lo que se ha saneado el hormigón y se ha aplicado una mano de imprimación, otra de acabado de pintura y una limpieza de los tubos de drenaje.

Por otro lado, se han revisado las disgregaciones de distintos elementos de hormigón armado en diferentes puntos del estadio, principalmente en pilares de soporte de la tribuna preferente, muros, dinteles y pilares de fachadas, en los que se había producido corrosión y desprendimiento de la capa de recubrimiento de hormigón.

También se ha reforzado la cubierta de la tribuna central, también dañada por la corrosión, donde se han soldado pletinas de refuerzo, y se ha reparado otros elementos de hormigón armado del estadio.

Antes de la visita, Pablo Muñoz ha explicado que los servicios municipales pusieron "luz y taquígrafos" para diferenciar en qué parte La Romareda estaba mal desde el punto de vista del uso y en cuál desde el punto de vista del riesgo, y actuaron "inmediatamente".

Ha reconocido que estas obras tendrían que haberse realizado "hace muchísimo tiempo", pero ha reiterado que al Gobierno municipal actual no se le puede acusar de "falta de celeridad".

Dado que desde el Ayuntamiento consideran que el deterioro de las instalaciones se debe a la falta de mantenimiento por parte de la entidad concesionaria -el Real Zaragoza- le reclamarán que abone el coste de estos trabajos.

En este sentido, ha repetido que no entendió por qué el club no acometió antes estas labores de mantenimiento y que incluso le ofrecieron ciertas contrapartidas sociales, como la cesión de entradas para distribuirlas entre personas que no pudieran acudir al fútbol por su situación económica, y se encontraron con respuesta negativa.

Tampoco entendió, ha continuado, el "feo" de que directivos del club no subieran a la Casa Consistorial cuando el equipo fue recibido por el alcalde y les ha pedido respeto por el Ayuntamiento de Zaragoza, que lo está haciendo "bien" y ha dado una seguridad al estadio "que en 15 años no hemos tenido".

Aún así, Muñoz ha subrayado que siguen "dispuestos a hablar" y que los cauces de diálogo entre ambas instituciones no está cerrado.

Sin embargo, ha asegurado que desde el Consistorio no van a hacer "ni más ni menos" y que van a tratar al Real Zaragoza como a cualquier otro ciudadano pendiente de pago.

Además, ha indicado que no se niegan a hacer una reforma mayor en el estadio si la situación deportiva del club cambia si a cambio este asume parte de la misma.