—¿Cómo ha sido su destitución?

—La semana pasada recibí un ultimátum, si no se ganaba se me advirtió de que se me podía buscar un sustituto. Y así ha sido, no ganamos en Fuenlabrada y ayer se me comunicó que había reunión de urgencia del consejo y esta mañana he sido destituido.

<b>—¿Qué razones le han dado?</b>

—Lo típico, que el equipo lleva tiempo en una mala dinámica, que vamos a peor y que como no se ha podido fichar ningún jugador el equipo necesita un revulsivo y se ficha a un entrenador. Esta ha sido la argumentación que se me ha dado. No puedes hacer nada, te sientes con rabia, impotente, pero es así. Es la decisión del club y toca acatarla.

<b>—¿Cómo veía usted la situación?

</b>—El equipo no estaba trabajando mal en los entrenamientos, tenía ganas e intensidad. Pero los últimos partidos hemos tenido cuando no uno, dos lesionados. Estos dos partidos sin Bellas se ha notado bastante. No es lo mismo poder contar con todos los efectivos que no tenerlos. Eso ha sido un poco el detonante de este mal juego o mala defensa que hemos tenido. Pero el domingo la gente se dejó la vida en el campo.

<b>—¿Los problemas de defensa son cuestión de actitud o táctica?</b>

—No es una cuestión táctica, creo que hay momentos que las cosas no salen con el mismo ímpetu y no te das cuenta de que te falta esa chispilla que te ayude a decir, tengo que estar con un poco más de actividad. Hoy en día la defensa es actitud de los cinco que están en el campo, no solo del que está con el que lleva el balón. Son cuestiones que hemos ido de menos a más en cuanto a anotación recibida pero estábamos trabajando para poderlo corregir.

<b>—Siempre ha hablado del partido de Badalona como el punto de inflexión. ¿Qué pasó?</b>

—Son dinámicas. En ese partido jugamos mal y se perdió esa chispa que nos hizo perder opciones de pelear por la Copa, que estaba difícil pero era una opción. Fue un partido que supuso un bajón pero como les sucede a todos los equipos de la Liga. Todos han tenido bajones de los que han podido salir. Y todos se han quejado de lesiones en plantillas más largas, pues imagínese en una corta como esta.

<b>—¿Ha tenido usted algún problema con los jugadores?</b>

—No, no, no, ningún problema. Al contrario, estoy agradecido del trabajo que han hecho. Todos tenemos momentos mejores y peores, épocas en las que estás más o menos acertado, pero no puedo recriminar nada a nadie. Simplemente las cosas normales que puedan pasar durante la temporada que en otros equipos con plantillas más amplias se puede subsanar con otro jugador pero aquí no. Son decisiones que hay que tomar y yo asumo mi parte de culpa en algunas cosas. Pero de aquí a ver ese equipo totalmente hundido, desmoralizado, sin ganas, pues pienso que tampoco es así.

<b>—¿Qué errores se atribuye usted?

</b>—Yo me autoanalizo cada partido, si podía haber entrado este jugador, si podíamos haber cambiado situaciones defensivas... Siempre, siempre piensas que puede haber alguna cosa que podía haber ayudado. Los entrenadores tenemos que tomar decisiones, a veces con acierto y otras con errores. He trabajado con la máxima serenidad posible, con un cuerpo técnico magnífico con el que he trabajado codo con codo.

<b>—¿Ha cambiado algo más? Porque el club pasa de tener una comisión deportiva a un director deportivo.

</b>—Simplemente hay un antes y un después. Hasta diciembre todo va más o menos bien, logramos después de todas las dificultades del verano hacer piña, hacer grupo y estar todos a una y, a partir de enero, coincidiendo con los resultados, va todo desbaratado.

<b>—¿Cómo ha sido su relación con Salva Guardia?

</b>—Ha sido de colaboración en todos los aspectos, de intentar que se integrara cuanto antes a lo que había aquí. Puedes estar de acuerdo o en desacuerdo con algunas cosas pero cada uno toma las decisiones que tiene que tomar.

<b>—¿Ha habido discrepancias con los refuerzos?

</b>—Se ha intentado buscar un jugador y no se ha encontrado. Yo no soy el que busco y hablo con los agentes. Sí es cierto que hubo dos o tres oportunidades que surgieron que no pudieron ser y luego no se ha encontrado a un jugador por la cantidad de dinero que hay.

<b>—¿Han sentado mal en el club sus palabras diciendo que usted ficharía a dos?

</b>—No sé si han sentado mal o no. Yo lo dije en el sentido de que con la plaga de lesiones, con lo que queda de Liga y los problemas de todo el año, pues si vinieran dos no estaría mal. Igual que Joventut ha fichado a dos, Sevilla ha fichado a dos, Manresa a tres... A los entrenadores en todos los equipos se les ha protegido y aquí no, por mucho que se diga que el equipo ha ido a peor. Nadie ha tenido tantas bajas y tantos problemas como nosotros y no se ha puesto solución a ello. En todos los equipos se ha protegido al entrenador y yo aquí no me he sentido protegido.

<b>—¿Usted quiso prescindir de Holt?</b>

—La rescisión de Holt era imprescindible para poder fichar y aún así no se encontró otro jugador. No ha habido dinero para eso pero sí ha habido dinero para cambiar el entrenador. Los que toman las decisiones son los que mandan. Yo solo puedo decir que he estado muy a gusto, muy cómodo, que he trabajado la etapa anterior magníficamente bien, con una coordinación ejemplar. Esta temporada era difícil, sabíamos que había poco dinero. Fue un verano terrorífico, lo sacamos adelante y empezamos la Liga al contrario de lo que pensaba la gente. Pienso que hicimos una gran comunión entre afición y equipo. Agradezco a medios, aficionados, club y jugadores el apoyo y el trabajo conmigo. Siempre tendré a Zaragoza en un lugar de mi corazón.

<b>—¿El equipo está bien construido?

</b>—Está desequilibrado. Construir el equipo fue complicado, buscas un tipo de jugador anotador que pueda ser un tres y en el mercado solo hay doses, por ejemplo. Hicimos lo que pudimos pero era consciente de lo que había y pienso que he sido un hombre fiel al club. He apoyado en todo y no me he quejado de nada.

<b>—¿Ficharía otra vez a Kraljevic?

</b>—Hablar de eso ahora ya está fuera de lugar. Hay jugadores que conmigo no han contado y ahora tienen la suerte de poder resarcrise y demostrar que pueden dar un paso adelante. Todos tienen sus cosas buenas y malas pero en estos momentos prefiero no hablar de esas hipótesis.

<b>—Pero ha contado poco con él.

</b>—He contado lo que creía conveniente que tenía que contar. Ha habido partidos que según contra qué interiores, sabiendo que le iba a costar defenderles, he decidido no contar con él. Pero con él igual que con otros.

<b>—¿Cómo ha sido su relación con Jelovac?

</b>—Es un jugador especial, que aparece y desaparece mentalmente en algunos momentos, pero es un gran jugador y una excelente persona. Me he llevado maravillosamente bien con él. Tiene una buena relación con el resto de sus compañeros y ellos también le intentan ayudar.

<b>—¿Ha recibido mensajes de los jugadores?

</b>—He recibido mensajes de todo el mundo, de algunos sí. Ahora tengo la despedida con ellos porque para mí a pesar de los resultados o de la dinámica los jugadores han peleado y lo han intentado dar todo y eso es una muestra de que el jugador quería.

<b>—¿Y su relación con Reynaldo?

</b>—Es un hombre muy ocupado, hemos tenido una relación mucho más fluida hasta el mes de enero y no tanto desde la llegada de Salva porque evidentemente había un interlocutor. Es un hombre de negocios que ha trabajado incansablemente para conseguir dinero para el club. No he tenido esa conversación que me hubiera gustado mantener como lo hacíamos con anterioridad. Eso a veces puede llevar a malas interpretaciones.

<b>—¿Qué cambia en enero?

</b>—Hay cosas distintas, llega una figura nueva que es la que dirige el club y a partir de ahí todos nos reubicamos. Pero tampoco hay que darle más vueltas. Quiero salir de aquí como vine, con humildad, trabajo y seriedad. Me he ido trabajando y sin hacer ruido. Nunca he querido descargar las iras sobre nadie y no es momento de hacerlo ahora tampoco. El tiempo pone a cada uno en su lugar. Yo lo que quiero es volver pronto a entrenar.

<b>—¿Ha habido demasiadas lesiones?

</b>—Esto es un tema aparte. Las lesiones han perjudicado mucho al cuerpo técnico, el hecho de no poder contar con según qué jugadores. Ha sido un lastre para nosotros.