La Liga empezará en el Camp Nou con una elevada carga emocional. Se sabe que lo que ocurra en los prolegómenos recibirá la atención del mundo entero. Tres días después de los atentados en las Ramblas unas 100.000 personas acudirán al gigantesco recinto para desafiar el miedo y distraerse de la tragedia reciente. Deberán hacerlo con antelación. Los Mossos d’Esquadra blindarán el estadio, como ayer hicieron en Montilivi, así que la recomendación explícita es de previsión y paciencia.

Los sentimientos se afilarán con los jugadores del Barça y el Betis sobre el césped. Todos los futbolistas, como ya ha ocurrido en los partidos ya disputados de la jornada, llevarán un brazalete negro y guardarán un minuto de silencio en recuerdo a todas las víctimas, sus familiares y amigos. El palco se llenará de autoridades políticas. Se espera un minuto de silencio intenso, como lo fue el viernes en la plaza Catalunya, adonde acudió el presidente Josep Maria Bartomeu.

Y a partir de ahí será el momento de sacudirse la pesadumbre y a los jugadores les tocará correr detrás del balón. Ernesto Valverde le puso contexto en la rueda de prensa de ayer. «Son circunstancias extraordinarias. Estamos solidarizados con las víctimas de los atentados. Ayer fue un día duro, un día diferente para todos. Te hace reflexionar lo relativo que es todo y poner cada cosa en tu sitio. Nosotros estamos al lado de toda la gente que ha sufrido estos atentados», manifestó.

CAMISETA ESPECIAL

«No tenemos miedo y tenemos que hacer frente todos a estas circunstancias y la mejor manera es continuar adelante. Sabemos que todos somos víctimas potenciales en un momento determinado. No lo controlas, pero lo que no podemos hacer es escondernos».

Los jugadores del Barça disputarán el debut con una camiseta especial. En lugar de su reconocible nombre encima del número llevarán la palabra Barcelona. Este reconocimiento se llevará a cabo gracias a una petición expresa del club con el visto bueno de la Federación Española. Además, en la parte delantera lucirán el lema #TotsSomBarcelona.

Seguro que no esperaba nada fácil Ernesto Valverde en su debut como entrenador azulgrana, pero tampoco pensaba que la película cambiara tanto en tan poco tiempo. Y es que la situación del Barça ha girado 180 grados desde la presentación del técnico y el inicio de la pretemporada. Por de pronto, una de las patas del tridente ya no está, algo que pilló por sorpresa al preparador y, también, a la directiva. «Fue repentino y sorpresivo. Cambió el guion que tenía cuando llegué», confesó ayer Valverde sobre el adiós del brasileño.

Un guion modificado y que sigue sin cerrarse porque el Barça aún trabaja en la incorporación de varios fichajes, especialmente de Coutinho y Dembélé, pero ni Liverpool ni Dortmund aceptan por ahora las ofertas del Barça por ambos (superior en ambos casos a los 120 millones), a pesar de que los dos jugadores se han declarado en rebeldía.

En este sentido, Valverde lanzó un claro mensaje a la secretaría técnica: «Me gustaría tener una plantilla acorde a las exigencias». Una clara exigencia, hecha con toda la calma, eso sí, pero que mete más presión a la directiva, que ve acercarse el cierre del mercado (el 1 de septiembre) y que empieza a tantear otras opciones: Di María, lo que obligaría a negociar con el PSG, y Seri, centrocampista del Niza cuya cláusula es de 40 millones.

Lo que ya no espera más es el estreno de Liga. Un renovado Betis llega al Camp Nou tras hacer una buena pretemporada y consciente de que tiene una buena oportunidad de sacar tajada ante un Barça tocado y con bajas de peso (Iniesta y Suárez no jugarán). Piqué recibió anoche el alta médica y entró en la convocatoria (también Vermaelen tiene el alta pero no entró en la lista). «Espero un Betis que no se meterá atrás y nos vendrá a presionar muy arriba», vaticinó el entrenador, que tiene bastante claro qué once alineará porque bajas como la de Suárez dejan la puerta abierta a Alcácer. «Sí, puede ser un buen momento para él». No así Paulihno, «un jugador que puede defender y atacar, pero que todavía tiene que adaptarse al estilo de juego».