Se diría que Ernesto Valverde las mata callando. Exquisito en las formas, implacable en el contenido. "Me gustaría tener una plantilla acorde a las exigencias". Una reclamación insólita en un entrenador de un gigante europeo en vísperas del inicio de la competición liguera. Si bien puede pasar que la plantilla del Barça o algún otro equipo grande no esté cerrada del todo a falta de 10 días del cierre del mercado, resulta muy sorprendente que aún le falten dos futbolistas titulares. Y no solo eso: hablamos en principio de dos superestrellas, jugadores llamados a desequilibrar, que es lo que busca el club azulgrana en esta recta final de compra y venta.

Las apuestas son sobradamente conocidas. El brasileño Coutinho, cuyo acuerdo con el jugador está cerrado desde hace semanas, no así con el Liverpool. El francés Dembélé, que interesa desde hace un año y que está enfurruñado con el Dortmund, que se resiste a vender. El marfileño Seri, del Niza, un plan B reactivado en los últimos días... Hasta de DiMaría se habla. Jugadores caros, a negociar con urgencias y las evasivas de sus clubs, con el tiempo acabándose peligrosamente y el nerviosismo apoderándose de los aficionados.

Los llamamientos a la paciencia de los dirigentes barcelonistas empiezan a escucharse con desdén. Desde el club se insiste en que se está trabajando a fondo y se confía en el desbloqueo y el impulso a los movimientos que suelen producirse en las fechas próximas al cierre. Pero muchos seguidores consideran que no debería haberse llegado a estas alturas con tanto deberes por terminar. También en el apartado de las bajas. Ni entra ni sale casi nadie.

MENSAJES CONTRADICTORIOS

Hubo una tímida protesta en el partido del Barça contra el Betis. No pasó a mayores, pero es un aviso. Existe un ruido de fondo, difícil aún de medir, que no favorece al crédito de la directiva. La victoria en el estreno mantuvo al menos las aguas calmadas.

Pero de repente se ha encontrado, además, con una fuente de inquietud que reaparece y hace referencia a la renovación de Messi. ¿Está o no firmada? "Estamos totalmente tranquilos", se insiste desde la institución azulgrana. Pero muchos dudan y ya no saben a qué atenerse ante los mensajes contradictorios desde la junta.

Desde París Neymar se esforzó en contaminar el ambiente en contra de la junta de Bartomeu. "Estoy muy triste con la directiva del Barça, no son gente que tiene que estar ahí. El Barça merece mucho más y todo el mundo lo sabe", dijo tras su debut en el Parque de los Príncipes con el PSG. El problema de Neymar es que sus palabras resultan demasiado sospechosas. A nadie escapa que el club azulgrana se niega a pagarle los 25 millones de la cláusula de renovación. "Y no la pagaremos", se asegura. Una determinación que se espera en los fichajes que no llegan.