Gus Kenworthy, un esquiador especialista en acrobacias que alcanzó la final olímpica y quedó clasificado en la posición 12ª en slopestyle, se ha convertido en una de las imágenes de los Juegos de Pieongchang por el beso que le dio a su novio al acabar la actuación olímpica.

Hace cuatro años, en Sochi, no quiso exteriorizar su afecto, y eso que en aquella ocasión ganó la medalla de plata gracias a sus acrobacias con los esquís. Kenworthy tiene 26 años y se ha identificado como un ferviente defensor de los derechos gays en Estados Unidos. Entre el público también se encontraba su madre, que llevaba a modo de pañuelo una bandera arcoiris.

El esquiador estadounidense de freestyle, de origen inglés, es uno de los pocos participantes que llegó a los Juegos de Corea con la condición de homosexual reconocida públicamente. Otros dos son el patinador canadiense Eric Radford, oro por equipos, y el estadounidense Adam Rippon, que quedó décimo en la final individual en la que el español Javier Fernández logró el bronce.

Pero el gesto de Kenworthy, al dar un beso a su pareja, Matthew Wilkas, pasará por ser uno de los más representativos en la lucha por la igualdad del colectivo LGTB. «No me di cuenta de que estaban filmando, pero de todas maneras me siento muy orgulloso de que haya sido así», aseguró Kenworthy en Twitter, donde el esquiador de freestyle colgó una captura del beso que ha merecido centenares de mensajes de apoyo. «En mi juventud no hubiera podido imaginar nunca ver dos hombres en la tele abrazándose durante los Juegos Olímpicos. Ahora, por primera vez, un joven delante de la televisión lo ha podido ver. Love is love», escribió el deportista.

El esquiador explicó más detalles de sus sentimientos: «Compartir un beso con mi novio es una cosa que me hubiera gustado hacer en los últimos Juegos, pero entonces tenía demasiado miedo. Poder hacerlo ahora y ver esta muestra de afecto televisada a todo el mundo ha sido increíble». «La única manera de cambiar las cosas, de derribar barreras, de luchar contra la homofobia, es a través de la acción», añadió Kenworthy. «Yo no había visto nunca a un atleta gay abrazar a su novio. Si hubiera sido así cuando yo era niño, hubiera sido todo mucho más fácil para mí», apostilló el esquiador.