El G.R.-11, la Gran Senda Pirenaica, es el monumento del montañismo nacional. Se inauguró hace un cuarto de siglo en el refugio de Viadós y une la cadena montañosa a lo largo de 800 kilómetros de senderos desde el cabo de Higuer, en el Cantábrico, al de Creus, en el Mediterráneo. En la comunidad atraviesa el Alto Aragón en 14 etapas con 248,5 kilómetros.

Se inicia entre los prados de las valles de Ansó y de Hecho. Desde el ibón de Estanés y el valle de los Sarrios, llega a Lizara y Candanchú. Después alcanza los primeros tresmiles en el Alto Gállego en el refugio de Respomuso y tras Panticosa llega al valle del Ara y el Parque Nacional de Ordesa. Por la Sierra de Espierba alcanza el paraíso de Chistau. Tras visitar la vertiente sur del macizo del Aneto por Vallivierna, se despide del Pirineo aragonés en el valle de Salanques por el puente de L’Espitalet.

Este recorrido espectacular ha cambiado de cara y se ha remozado y mejorado. El pasado 9 de junio se inauguró oficialmente en el refugio de Lizara el G.R.-11 como Sendero Turístico de Aragón. Se han colocado nuevos postes y paneles indicadores según los estándares del decreto que regula las condiciones de los senderos turísticos y todo el recorrido transita en su totalidad por Aragón acabando todas las etapas en refugios.

El promotor ha sido el Comité de Senderos de la Federación Aragonesa de Montañismo, a través de los convenios con el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca. La mayor variación del recorrido se produce en las inmediaciones del Somport. «El Gobierno de Aragón nos recomendó que todo el recorrido pasara por territorio aragonés. En la etapa que terminaba en Candanchú a la salida del barranco de Estanés entraba en Francia por el bosque de las hayas. Pero los franceses no realizaban su mantenimiento», indica Chema Tapia, el impulsor de estos cambios. «Formo parte del Comité de Senderos de la territorial en la Jacetania y busqué alternativas. Las aprobó la FAM y las elevó a la Comisión de Senderos de la DGA. Con la modificación se incluía el valle de los Sarrios y se daba juego al refugio de Lizara», añade.

De esta manera se pasaba de las dos etapas primitivas con salida en Zuriza y final en La Mina y Candanchú a tres. «Ahora comienza en Zuriza y acaba en La Mina, después en Lizara y, por último, Candanchú. En la segunda etapa desde La Mina se llega al ibón de Estanés, como antes, y una vez allí, en vez de ir a Candachú por Francia, se gira al sur para transitar por el valle de los Sarrios hasta Lizara», explica.

La siguiente etapa es la mayor novedad de toda la remodelación. «Desde Lizara se dirige al collado del Bozo, se gira al norte por Igüer, el puerto de Aísa, se baja a Esper, se sube a Loma Verde y Tuca Blanca que da paso a la cuenca de Tortiellas y, por el Paso del Pastor, se da la vuelta al Monte Tobazo y se llega a Candanchú». En ese tramo se han equipado dos pasos con cadenas. «Uno es el barranco de Igüer y otro, bajando el Paso de la Oreja».

En la variante del G.R.-11.1 también se han realizado modificaciones. «La primera etapa comienza en Tacheras y se le da papel importante al camping de Oza. La siguiente llega a Lizara y desde allí se realiza una vuelta al macizo del Aspe con finales en Canfranc pueblo y giro al oeste a Candanchú. Al este empalma con el G.R.-11 en la Canal Roya».

Un último cambio en el valle de Benasque. «En el extremo oriental se encuentra el refugio de Cap de Llauset. Se ha realizado una variante, el G.R.-11.5. Es un recorrido circular que une el Cap de Llauset, La Renclusa, el Hospital de Benasque, Senarta y Vallibierna hasta regresar a Llauset». Así se suma a la marcada como G.R.-11.2 en torno al macizo del Posets.