La zaga se carga el plan

El equipo mejora con tres centrales y saliendo a la contra, pero vuelve a ser demasiado blando atrás

La zaga se carga el plan

La zaga se carga el plan

A. B. L.

Otra vez visitaba el Huesca a un equipo europeo, de los grandes. Y otra vez se volvió de vacío. En el Sánchez Pizjuán, a diferencia de en Camp Nou o del Metropolitano, al menos hubo un plan claro y, sobre todo, efectivo. Le salió mal por la falta de mordiente de la delantera azulgrana, pero fácilmente pudo haber caído la moneda hacia el otro lado. Eso sí, un equipo como el Sevilla no perdona y menos cuando se le dan tantas facilidades para meter gol. Sarabia en la segunda mitad con dos goles, otra vez a placer, liquidó las opciones de un Huesca que fue quizá el más maduro de la temporada. Sin alardes, sin un juego brillante y sin dominar a todo un Sevilla en su estadio, en más de una ocasión pudo adelantarse y asustar a más de un seguidor hispalense. Pero se necesita más.

Los azulgranas tienen males endémicos, difíciles de erradicar, siendo el más sangrante el de la fragilidad defensiva. Pulido, ya en la última jugada, dejó otro bonito gol de tacón, muy similar al del día del ascenso en Lugo. Un tanto que debe servir para elevar la moral y ver el futuro cercano con más optimismo a pesar de que las derrotas no paran de sucederse. Francisco sorprendió con cuatro cambios con respecto al once que perdió con el Espanyol y cambió el sistema. Directamente copió el de Pablo Machín. Etxeita, Semedo y Pulido formaron en el eje de la zaga y Akapo y Miramón ejercieron de carrileros largos. Aguilera volvió al medio, acompañado por Moi Gómez, y descolgados arriba quedaron Gürler, Ferreiro y Cucho Hernández.

El plan sobre el papel estaba claro. Solo faltaba ejecutarlo. Fortaleza defensiva, ahogar al rival en los últimos metros, aprovechar la salida de balón de Aguilera y Moi Gómez, que más de una contra lanzaron con sus pases, y ser letales con la verticalidad y electricidad de Miramón, Akapo, Ferreiro, Gürler y Cucho para aventurarse al ataque. El Huesca estuvo ordenado, firme y desconcertó a un Sevilla al que le costó encontrar el camino de Jovanovic. La primera parte fue aburrida, casi soporífera, pero muy efectiva para los de Francisco.

Se alejó el cuadro azulgrana del planteamiento suicida del Camp Nou y de la apatía del Metropolitano para dejar paso a una hoja de ruta clara y que ejecutó con efectividad. La alta presión para tratar de robar fue dejando paso a la espera atrás. El Sevilla trató de jugar por el medio, pero no pudo por el muro oscense. Cucho en una cabalgada tuvo la primera con una rosca liviana. El ritmo fue cansino, yendo en beneficio del Huesca. El VAR paró todavía más el juego e hizo suspirar de alivio a la parroquia azulgrana. Fue anulado un gol a Carriço por fuera de juego en una falta lateral muy mal defendida y, acto seguido, apareció Sarabia en un hueco en el lateral diestro para ceder a Ben Yedder, pero el internacional español estaba adelantado también. Doble susto. Mientras el Sevilla no lograba sentirse cómodo con la pelota, el Huesca seguía ejecutando su plan, saliendo raudo a la contra. Aguilera se sacó un zarpazo desde la frontal tras un rechace que casi pone el 0-1.

Castigo a las lagunas

Tras la reanudación, Cucho Hernández volvió a avisar muy seriamente. Miramón condujo, cedió a Gürler, devolvió al aragonés y la puso al medio para que Cucho prácticamente la empujase, pero el cafetero está reñido con el gol. Desde ahí dio un paso adelante el Sevilla y ejecutó al Huesca a base de calidad y de castigar las lagunas defensivas de los oscenses. Jovanovic evitó con un paradón un gol de Jesús Navas solo en el segundo palo en otra falta lateral y poco después Sarabia adelantó al Sevilla. Ben Yedder le comió la tostada a un endeble y dormido Semedo en el área. Solo tuvo que ceder atrás para que el mediapunta la empujara a la red sin que Pulido, Etxeita y Aguilera hicieran nada para impedirlo.

El Mudo Vázquez perdonó lo imperdonable casi en la línea de gol en otro despiste y Sarabia mató el partido en otro mano a mano. Semedo salió de su zona sin motivo aparente, Etxeita y Akapo no cerraron bien su hueco y definió con clase y facilidad con la zurda ante Jovanovic. Francisco dio un tímido paso adelante rompiendo la línea de cinco y pasando a Semedo al medio, pero se descompuso el Huesca al mismo ritmo que se gustó el Sevilla, moviendo a los aragoneses a su antojo y diversión. Ya en la última jugada sacaron la casta los azulgranas y maquillaron el marcador con otro precioso taconazo de Pulido. Francisco sigue enderezando el camino. Paso a paso, pero sin puntuar.

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