La batalla fue tremenda, especialmente en el momento decisivo, en las últimas vueltas, en el último giro, cuando Marc Márquez (Honda), heptacampeón del mundo de motociclismo, quiso evitar que, de nuevo, como ya le ocurriera en Austria ante el italiano Andrea Dovizioso (Ducati) o, en Inglaterra, ante el catalán Àlex Rins (Suzuki), se le escapase la victoria, por tercera vez consecutiva, en el último suspiro.

Márquez, que elogió tremendamente el trabajo, el fin de semana y la carrera protagonizada por el rookie francés Fabio Quartararo (Yamaha), se olvidó de que podía peligrar el título si se caía y apuró la mayor potencia de su RC213V para superar al Diablo, en dos ocasiones, y, al final, en la cura 14, frenar su ímpetu hasta conseguir su séptima victoria en 13 carreras.

QUARTARARO, TODO UN JABATO

La verdad es que sabía que en esa curva estaba la victoria y por eso cerré la puerta a lo bestia, comentó Márquez. Bueno, igual que le intenté cerrar la puerta a Rins, en Silverstone, también en la última curva, pero mi moto no traccionó bien y la Suzuki de Àlex me ganó en la meta por poco. Ésta de Misano ha sido una victoria muy perseguida, ante un rival, todo hay que decirlo, que se ha comportado como un jabato y que, si no lo evito y voy a tratar de evitarlo, ganará alguna carrera antes de que acabe el año. Sí, si lo que queréis oir es que Fabio ya está listo para pelear por las victorias, pues lo está. Veo a Fabio como uno de mis grandes adversarios la próxima temporada.

El campeonísimo de Cervera (Lleida) recordó, en la sala de prensa del circuito Marco Simoncelli, que él ya habló de Quartararo antes de que empezase su festival de velocidad y se convirtiese en uno de los mejores debutantes de la historia de la máxima categoría. Fabio es, en estos momentos, quien más y mejor partido le está sacando a la Yamaha. Es evidente que, como nos ha pasado a todos, comete errores de juventud, pero cada vez menos. Le falta algo de experiencia, por ejemplo, para evitar caídas como la de la salida de Silverstone, pero no hay duda de que tiene el carácter, la velocidad, la mentalidad, la cabeza, la preparación para poder liderar un gran premio con un tío detrás, a menos de medio segundo, que no le deja respirar. Y sin cometer un solo error.

Es evidente que quien así habla, ese tío, es uno, Marc Márquez, que, a la edad del Diablo, 20 años, ya había ganado los tres títulos mundiales que se pueden ganar: 125cc (Moto3), Moto2 y MotoGP. No hagamos comparaciones, por favor, son odiosas. Lo mío fue lo mío, ahora estamos analizando a un piloto que se ha convertido en un auténtico pilotazo y que, con la carrera de Misano, ha demostrado estar ya preparado para ganar grandes premios. Y, sí, sí, lo veo ganando alguna carrera en este sprint final de temporada y siendo, por supuesto, uno de los rivales más peligrosos la próxima temporada.

GOLPE EN LA MESA DE MARC

Márquez, antes de abandonar Misano, recordó que, pese a tener 93 puntos de ventaja sobre Andrea Dovizioso (Ducati), doble subcampeón del mundo de MotoGP, no tiene prisa por conquistar su octavo cetro mundial. Sé que todo el mundo anda ya haciendo cuentas de que si le sacó 7 puntos más a Dovi, este domingo, en Aragón, tendré mi primera pelota de partido en Tailandia, pero, en el 2014, quiso correr para ser campeón y me caí en Aragón y en Misano, retrasándose todo de forma peligrosa. Cuando tenga que ser, será.

Márquez confirmó que el equipo antes de la carrera le había pedido calma, que Misano no era un circuito muy propicio para su moto y pilotaje (en realidad, a la Honda del campeón siguieron cuatro Yamaha en la clasificación final del GP), pero él estaba encendido por la provocación que le había hecho Valentino Rossi el día anterior y quería demostrar, en el jardín del Doctor, que era el campeón. En ese sentido, hay que destacar las palabras vertidas por el gurú del Mundial, el manager italiano Carlo Pernat, descubridor de Rossi: Marc es el único piloto del paddock del Mundial que replica a las palabras con hechos. Todos los demás, cuando escuchan alguna crítica o mal gesto de un rival, hacen declaraciones; Marc, no, Marc solo responde en la pista, con victorias tan dañinas como la de este domingo en casa de Valentino.

El heptacampeón español recordó, de nuevo, que es perfectamente consciente desde hace muchos años (sin duda, desde el choque en Malasia-2015) que la batalla del micrófono, de las declaraciones, la tengo perdida, por eso me limitó a hablar en la pista, que es donde se ven a los campeones, donde hay que hablar.

Y, volviendo sobre los pasos de Fabio Quartararo, Márquez aseguró que espera que sea maduro y consciente de donde está, pues el equipo Petronas-Yamaha tiene muy buenos técnicos y personal, algunos, incluso, han trabajado conmigo en el pasado. Tiene una gran marca detrás, está en un gran equipo y el entorno ideal para seguir creciendo, no debería desaprovechar la gran oportunidad que tiene de brillar en MotoGP.

MARC SUEÑA CON EL TÍTULO DE ÁLEX

Márquez terminó reconociendo que ni en el mejor de mis sueños, hace un montón de meses, cuando empezó la temporada, podía imaginarme salir de Misano con 93 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado. Este es un deporte, una especialidad, una parrilla repleta de motos oficiales buenísimas y pilotos campeones extraordinarios. Eso sí, nosotros queríamos estar donde estamos y por eso hemos tratado de poner los cien sentidos en todo lo que hacíamos desde el primer día de pretemporada. Estos son, simplemente, los frutos de todo nuestro esfuerzo, el mío, el de mis entrenadores, el de mis ayudantes, el de mi equipo de boxe y, por supuesto, el durísimo trabajo de Honda, que me ofrece siempre el mejor material, la mejor moto.

Ni que decir tiene que, entre risas, entre bromas, entre imposibles, pero con una ilusión loca, excesiva (nunca es excesia), Márquez bromeó sobre la posibilidad de, teniendo tantos puntos de ventaja (93), regalarle algunos a su hermano Àlex, que lidera Moto2 con el jabato Augusto Fernández a solo 26 puntos. De los 93 le daría, va!, 40, me quedaría con 53, es decir, 50 y el pico para mí. No, en serio, en Misano ha hecho una gran carrera, pues no era un circuito para él y ha terminado en el podio, salvando la situación. En efecto, sí, todo el mundo sabe que me volvería loco si Àlex logra este año su segundo título.