-¿Cómo llega el equipo al inicio de temporada?

-No lo sé porque no hemos tenido la oportunidad de entrenar todos juntos, los roles ahora empiezan a compaginarse y al final los equipos se hacen grandes si tienen ese punto de solidarios, de intensidad en su trabajo, de inteligencia, de sufrimiento. Luego cada uno tiene sus características tácticas. Pero tenemos dudas de qué equipo vamos a llegar a ser.

—¿Cuántos entrenamientos ha hecho con el grupo al completo?

-Todavía no hemos hecho ninguno porque las últimas dos semanas Reno ha estado fuera, ha empezado esta semana a hacer las partes de calentamiento y adaptándose. Hoy ha sido el primer día. A Carlos lo hemos perdido un par de días por enfermedad. Y antes de Benasque pues no estaban todos. Pero esto no valen ya excusas. Estamos todos en lo mismo. ¿Tienes cinco jugadores? Entonces tienes oportunidad de ganar.

-¿Qué ha cambiado en el equipo de la temporada pasada a esta?

-Ya veremos, hay situaciones que son innegociables, la implicación, no rendirse, trabajar para nuestro público, transmitir energía como equipo. Estos aspectos tienen que estar grabados a fuego, son una semilla que ya es una flor y ahora tenemos que ver si de esa flor hacemos un árbol. A nivel táctico es distinto. Hemos ganado en cuanto a tiro, hemos perdido un poco a lo mejor en cuanto a acciones de más conocimiento del juego en determinados momentos por experiencia de jugadores. Y ese empuje que tenía Okoye tenemos que ver quién es capaz de asumir ese liderazgo. Pero a mí el liderazgo me gusta que sea compartido y me gusta que haya líderes en partidos y eso no sé aún hasta dónde lo podemos tener. Creo que tenemos mejor tiro y peores condiciones para defender, nos puede costar un poco más. Y veremos también qué ritmo de partido podemos darle, ahí tengo más dudas.

-¿Qué ha significado perder a Okoye?

-Siempre son bajas que entiendes como lógicas porque sabes el mercado al que tú puedes llegar y al que llegan los jugadores cuando lo hacen bien. Tienes que saber convivir con esto y es verdad que es una baja pero son todas. Creo que lo que ganaron el año pasado no fue porque Okoye metiera más o menos puntos sino porque eran una auténtica familia y rendían todos los días. Aunque a Okoye le tocaba más días que a otros, McCalebb, Nacho, también ganaron partidos y había un trabajo de gente que asumía perfectamente su rol, que quería jugar más minutos como todos, como Marc, como Fabio, eran jugadores muy significativos para nosotros.

-¿Tiene mejor plantilla que la temporada pasada?

-Las notas se ponen en mayo. Lo que demostraron los del año pasado está ahí. Quiero tenerlo grabado a fuego en el club y los aficionados, pero olvidado para nosotros.

-El listón está muy alto.

-No debemos comparar. En lo que sí debemos centrarnos como profesionales es en las características, en las condiciones y en cómo debemos hacer nuestro trabajo. Aquí no hay posibilidad de dialogar, esto es dictadura 100%, no es negociable. El trabajo, la actividad, la intensidad, esto no se negocia. Y esto no puede ser inferior al año pasado. En resultados, hay que verlo. Es muy difícil. Este año no es cuestión de pelear por semifinales. Hay un objetivo prioritario que son las doce victorias. Pero tenemos que ser más abiertos a la hora de definir, el año pasado había un único objetivo. Este año hay un primer objetivo, luego ya veremos los segundos. Sabiendo que para nosotros es histórico jugar en Europa y es historia pura de la ACB que el que juega dos competiciones, salvo Madrid, Barcelona, Vitoria, suele pasarlas bastante mal en una de las dos competiciones.

-¿En qué le condicionan las dos competiciones?

-Estoy un poco disgustado, cabreado, fuera de lo que es mi tranquilidad habitual. Porque no he tenido una pretemporada de mes y medio como quería hacer con todos mis jugadores y metiéndoles todo el desarrollo táctico, teniéndolos preparados. Cuando quieres subir al Everest tienes que trabajar una previa, adaptarte al clima, a la respiración, a la deuda de oxígeno. Ese trabajo táctico no lo hemos tenido. Entonces vamos a subir al Everest, vamos a ver cómo podemos subir y, a la vez, trabajar para estar siempre estables. Este es mi verdadero reto este año. Con doble competición haces un entreno a la semana, con una haces cinco. Es una gran diferencia.

-¿Los jugadores que estuvieron en el Mundial llegan mejor físicamente pero peor tácticamente?

-Mejor no llegan. Vienen de una competición única porque disputas un evento diferente, más que un grupo defiendes unas condiciones distintas. Las individualidades en selecciones son muy importantes aunque se ha vuelto a demostrar que los grupos son los que ganan campeonatos. Lo que sí es cierto es que llevan casi 50 días concentrados, en la gran mayoría de casos son jugadores que han jugado pero no mucho, entonces están faltos de ritmo de competición. Y físicamente no han tenido descansos. Es que son muchas cosas de las que hay que estar pendiente un cuerpo técnico. No es solo llegar y jugar. Lo que veo es lo que trabajo, gano o pierdo dependiendo de mi trabajo, no de mi partido. Esto es lo que a mí me ha servido hasta ahora en mi carrera y es lo que ahora me tiene más descolocado. Porque de mi trabajo día a día no estoy satisfecho del todo.

-Ha cambiado el puesto de base, con tres jugadores aragoneses, ¿eso va a cambiar el estilo de juego?

-Me gusta que me diga que tengo tres porque la gente se piensa que son doce jugadores y no, son trece y hay tres bases, tres. No tiene por qué cambiar el estilo porque aparte de la ilusión que todos nos hacía, a mí el primero como entrenador para aprender de él, de tener a un jugador como Rodrigo, no nos debe cambiar mucho el estilo de juego porque él lo ha entendido desde el primer día, lo quiere hacer, quiere jugar a ese ritmo que nosotros queremos. Y el otro es Javi que ya venía con todo esto. Para mí lo que más cambia es la condición de Carlos.

-¿En qué cambia?

-Tiene una circunstancia diferente. Quiero que sea un jugador muy importante en su carrera pero quiero que sea muy importante ahora mismo. Que se deje de todo lo que ha escuchado, de lo que ha tenido, lo que ha aparecido alrededor, lo que puede ser el en futuro… tiene que centrarse en el trabajo diario y tiene que trabajar cada día ser mejor. Habrá muchos fallos en el camino y eso no le va a impedir llegar. Lo que te puede impedir es tu falta de trabajo y sobreesfuerzo cuando estés cansado.

-¿Es también diferente su papel en el equipo?

-Claro, es más importante. El año pasado empezó de tercer base y este parte de titular con Rodrigo, el que es más suplente es Javier. Es un rol diferente. En ese sentido me gusta hacer sentir a los dos que son dos bases titulares, a ver si soy capaz.

-Tiene a dos jóvenes, Javi García y Vit Krejci. ¿Cómo los ve?

-Tienen el talento. Probablemente ahora mismo haya que ayudarles a entender que ese talento requiere un conocimiento del juego, que es donde pueden estar más verdes. Pero también tienen el esfuerzo diario, entonces tarde o temprano estos también van a pegar su saltito. Espero que lo más temprano posible. Sabiendo que tienen una competición muy importante porque delante de ellos tienen dos escoltas y dos bases importantes. Entonces cuándo van a poder darlo, pues dependiendo del grado de valentía de su entrenador, que tiene que ser mucha.

-Otra de las novedades es Hlinason y el hecho de contar con tres ‘cincos’. ¿Cambia la fisonomía del equipo?

-Aquí se estudiaron varias cosas. El que teníamos para seguir desde abajo era Pradilla y creíamos que debía tener minutos. Aquí podía haber entrado pero una de las opciones que manejaba tácticamente era utilizar a Barreiro y otro tres que pudiera combinar con un titular importante como Radovic. Y lo que sí necesitábamos era un poco de fortaleza para competir Europa y Liga Endesa. Con una sola competición nos hubiéramos quedado solo con Pradilla. Pero no puedes ir a doble competición con un percance. Vimos esta opción que en el mercado estaba bien, era económicamente accesible, y se trataba de un hombre con una máxima proyección. Era una oportunidad y la aprovechamos, que es lo que hay que hacer.

-Se ha visto a Barreiro en el ‘cuatro’ y a Benzing de ‘tres’. ¿Tiene más versatilidad?

-Sí, incluso en un momento determinado, no lo hemos hecho pero me gusta, se puede jugar con dos bases o dos escoltas. Tengo trece jugadores y tengo que escoger, si no hay lesionados, cada día uno. Os llevaréis sorpresas de gente que dejaré fuera y no será porque entrenen mal sino por una decisión táctica de lo que quiero hacer. Aparte de ganar tengo una responsabilidad. Que la gente que está a mi alrededor, cuando salgan de mis manos sean mejores profesionales. Y para eso a veces tengo que ser peor persona, para exigir el máximo. Esta es la desgracia a veces de un entrenador. Pero hay que saberlo asumir.

-Ya ha dicho que es innegociable la comunión con la grada.

-Es que ahora mismo esto es un valor, uno de los intangibles que el club no puede perder. Igual que no se puede perder esa carretera que va de la cantera al primer equipo. Igual hay más curvas, y no es la autopista que pilló Carlos, igual alguno tiene que venir por carretera nacional, pero no se puede perder ese camino. Este es uno de nuestros valores. Nosotros no podemos perder identificación, sobre todo en el sentido de reconocer lo que ellos hacen para venir a vernos. Y esto solo lo podemos reconocer irradiando energía hacia arriba. No podemos perder que esto es para disfrutar y divertirse. Ganar o perder es secundario. Entregarse no se puede dejar. Y eso es un valor que nosotros tenemos. Somos transmisores de energía hacia la grada. Ese es un valor de club que, esté yo aquí un año, dos 15 o 20, no puedo perder nunca. Y el día que lo pierda igual estoy tardando en marcharme.