El Casademont Zaragoza jugará la final de la Champions League. Pero no será ni con el formato ni en las fechas previstas. La FIBA decidió en su reunión del lunes, tras una ardua discusión y por unanimidad, transformar la competición y terminarla con una final a ocho que se disputará del 30 de septiembre al 4 de octubre. La sede, así como más detalles, está todavía por confirmar por la propia FIBA. El club aragonés ya se había postulado oficialmente como candidato para albergar la final que iba a ser a cuatro en el Príncipe Felipe.

De esta forma, desaparece la serie de cuartos de final, que debería estar disputándose estas semanas al mejor de tres partidos, y la eliminatoria se decidirá en un único encuentro en esa final a ocho. Justo antes de decretarse el parón de este torneo, el pasado 12 de marzo, el Casademont Zaragoza acababa de sellar su billete para los cuartos de final al eliminar al Lietkabelis con una victoria en Lituania en el segundo partido. Su rival en esta segunda fase era el vencedor del Tenerife-Oostende, eliminatoria aún no resuelta. Tanto este duelo como el Dijon-Novgorod, del que depende el octavo cuartofinalista, deberán disputarse antes de la final a ocho.

Eran las dos únicas eliminatorias pendientes de resolución antes del parón. Además del Casademont Zaragoza están clasificados el también español San Pablo Burgos, el excampeón del torneo, el AEK de Atenas, el Nymburk checo, el Turk Telekom y el Hapoel Bank israelí. La FIBA comunicó su decisión basándose en garantizar la salud tanto de los jugadores como de técnicos, oficiales y aficionados. Razones que ya le llevaron a la suspensión del torneo el día 12 y que ahora han obligado a este cambio de formato. El Basket Zaragoza informó en su web que «acata la decisión de un formato diferente al previsto, al tiempo que desea que la preocupación mundial por la pandemia del covid-19 centre todos nuestros esfuerzos para recuperar la normalidad en todos los órdenes lo antes posible».

La Champions se encontraba ya en la recta final de su disputa, en el momento de la verdad. Tras un inicio dubitativo, de toma de contacto con un torneo nuevo, el Casademont cerró la primera fase de manera brillante, clasificándose como primero de su grupo y garantizándose de esta manera el factor cancha en las dos eliminatorias por disputar. En la primera de ellas logró superar al Lietkabelis lituano por un claro 2-0 y estaba pendiente de confirmar si el Tenerife o el Oostende belga le esperaban en cuartos. Una ronda que también se iba a celebrar al mejor de tres partidos y que tenía que estar disputándose estas semanas.

EL CAMBIO / Los cuatro mejores equipos se jugarían el título en una final a cuatro programada entre el 1 y el 3 de mayo. Una vez conocidos los finalistas la FIBA procedería a designar una sede, puesto que el anfitrión debe ser uno de los participantes. El Casademont Zaragoza ya había solicitado formalmente, porque así lo marcaban los plazos, albergar esa final a cuatro en el Príncipe Felipe. Una petición que contaba con el total respaldo del Ayuntamiento de Zaragoza.

Y es que la Champions ha sido, desde el principio de la temporada, uno de los grandes objetivos del club aragonés, por la posibilidad de sumar un título a sus vitrinas y por los importantes premios económicos que reparte la FIBA. Al ganador le espera un millón de euros. El Casademont tiene ahora mismo asegurado un mínimo de 100.000 euros en el caso de que no pase de cuartofinalista. El club aragonés ya está, pues, en la final del torneo, aunque la plantilla con la que la dispute será diferente de la que ha llegado hasta aquí, como les ocurrirá a todos los equipos. Además, está por ver qué sucede con el calendario de la temporada 2020-21 si a principios de octubre todavía se está terminando la campaña anterior.