La primera ficha del dominó cayó ayer de forma oficial. Alberto Abalde y el Valencia separaron sus caminos. El gallego jugará en el Real Madrid las próximas cinco temporadas después de abonar la cláusula de rescisión, de 1,5 millones de euros. La salida de Abalde podía tener consecuencias en la plantilla del Casademont Zaragoza, en tanto en cuanto Jonathan Barreiro ha sido siempre uno de los jugadores que el equipo de Jaume Ponsarnau tenía como posible sustituto de Abalde. Sin embargo, el Casademont continúa en la misma posición que manifestó públicamente Pep Cargol, director deportivo, y confía en que Barreiro permanezca en el equipo la próxima temporada. El alero, recientemente renovado por tres años, tiene una cláusula de rescisión que ronda los 300.000 euros.

Según fuentes cercanas tanto al Valencia como al propio jugador, las preferencias del conjunto levantino ahora mismo van en otra dirección distinta a la de Barreiro, sobre todo tras la incorporación de Nikola Kalinic. El Valencia, preferiblemente, está buscando un cuatro-cinco. Otro escenario distinto sería que el base Quino Colom abandonara también el equipo, porque entonces necesitaría otro cupo y el espectro de opciones volvería a abrirse. Los responsables deportivos del Casademont están a la expectativa ante este supuesto, dado que el mercado es muy dinámico, pero en estos momentos cifran en un número alto las opciones de que Barreiro continúe su carrera en Zaragoza y no se mueva de la ciudad.

«Contamos con Jonathan a todos los efectos para comenzar la temporada y veremos qué sucede», aseguró Pep Cargol en la presentación de Diego Ocampo, relevo en el banquillo de Porfirio Fisac, que eligió comenzar una nueva etapa en su carrera profesional haciéndose cargo del Gran Canaria. El objetivo principal del club aragonés sigue siendo el fichaje de un pívot, un jugador que pueda hacer el cuatro y el cinco, con movilidad y de nivel, la guinda a una plantilla que, si no hay sorpresas, volverá a tener un nivel notable. Eso sí, en la Liga ACB, por cómo se están reforzando los rivales, hay varios equipos que darán un salto cualitativo importante la próxima campaña, especialmente el Joventut, que ha contratado a Ante Tomic, Ferran Bassas o Pau Ribas, y también el Murcia, muy mejorado respecto a la última Liga y destino de Radovic o Lima.

El culebrón de Abalde, en el que indirectamente está envuelto el Casademont, finalizó por fin ayer. El alero, de 2,02 metros y que promedió 14,8 puntos en la Fase Final de la ACB, nació el 15 de diciembre de 1995 en Ferrol, siendo internacional ya desde el 2018 con la selección española. Está considerado como uno de los jugadores jóvenes de mayor futuro dentro del baloncesto europeo. «Estoy muy contento e ilusionado con esta nueva etapa en mi carrera y en mi vida. Llego al mejor club del mundo. A un equipo ganador, que siempre lucha por todos los títulos. Es un reto tremendo y estoy impaciente por empezar. La decisión ha sido fácil porque es un sueño estar en el Madrid, que es el mejor equipo del mundo y te permite luchar por todos los títulos», dijo Abalde.