La paciencia y la constancia a menudo son atributos maltratados por el fútbol. La gran parte de los proyectos ven trucada su evolución cuando la primera pata del banco se tambalea, cuando el agotamiento cae preso de uno de esos componentes o cuando uno de los actores decide separar sus caminos. Cinco años ha trabajado el club y el cuerpo técnico de David Navarro en sacar adelante la consumación de la promoción a la categoría de bronce del fútbol nacional. Dos campeonatos ligueros de la Tercera División aragonesa que sirvieron para disputar eliminatorias de ascenso a cara o cruz donde salió el envés doliente de la moneda. Ante todo y ante todos, ni las circunstancias sanitarias actuales han podido borrar el sueño del conjunto del Moncayo.

«Me siento tranquilo, con la satisfacción del deber cumplido y feliz porque hemos llevado adelante la ilusión de una ciudad. El ascenso sabe igual, nuestro alrededor es muy diferente, pero estamos igualmente contentos y satisfechos con el trabajo realizado. El proyecto arrancó hace doce años con el ascenso a Tercera. Este sábado, el club escribió su página de oro más importante, el premio de la Segunda B hace unos años era impensable para todos», valoró su presidente, Aniceto Navarro.

Este sábado, los jugadores pudieron celebrar en las calles de la capital turiasonense la victoria con sus vecinos, siempre respetando las medidas de seguridad. «Han llegado esta mañana desde Zaragoza y hemos bajado a echar un vermut con ellos, para saludarles y agradecerles todo su esfuerzo. Todavía no hay nada preparado, pero algo haremos porque queremos demostrarles el agradecimiento de la ciudad», indicó el alcalde de la ciudad, Luis José Arrechea.

Tarazona sufrió un brote de covid-19 hace ya 15 días y se extrema la precaución y las medidas de seguridad para que no pueda empeorar la situación. «Tenemos que esperar, creo que este fin de semana, si todo va bien, podría estar controlado. Dependiendo de como vaya el número de casos en la ciudad haremos algún acto con las distancias adecuadas», añadió Arrechea.

Para una afición que se entrega cada domingo en el Municipal, es un orgullo recibirles con el objetivo cumplido y poder disfrutarles la temporada que viene entre los grandes del fútbol modesto. «Es una de las mejores formas de promocionar la ciudad y más con la extensión deportiva de este equipo. El nombre de la ciudad viaja por todas partes de España y es el mejor espejo donde mirarse. También con el balonmano, siempre hemos dado un gran apoyo municipal a todos los clubs que juegan en competición nacional», apuntó el alcalde.

Por ello, el equipo intentará devolver a partir de la próxima campaña el cariño recibido por sus aficionados, que no pudieron estar presentes en el último tercio de la competición ni tampoco animando en las gradas del Pedro Sancho durante todo el ‘playoff’. «Lo pudimos ver por televisión y desde el minuto uno se vio que teníamos el hambre de ir a por la victoria. Hicimos un partido muy serio, como el de un equipo que lo que quiere es el triunfo y con un objetivo claro entre ceja y ceja. Finalmente, con mucha felicidad e ilusión, pero fue algo raro porque es una situación atípica cuanto menos», lamentó el presidente.

A partir de ahora, el Tarazona no tiene tiempo de detenerse y ya trabaja en los nuevos propósitos que están por cumplir. «Desde la humildad, la constancia y el trabajo que ya hemos empezado, hacer un equipo lo más competitivo posible para poder estabilizar el club en Segunda B», concluyó Aniceto Navarro.