Los deportistas que practican deportes minoritarios, a pesar de su gran dedicación al ejercicio, han de buscar una segunda ocupación para poder hacer frente a sus gastos. En España solo se consideran profesionales a los jugadores de fútbol y baloncesto de la máxima categoría. Solo a los hombres. Beatriz Parejo es jugadora de sóftbol. Ocupa la posición de pitcher u outfield desde hace 23 años, ha entrado en todas las convocatorias de la selección española absoluta desde los 17, ha ganado varias ligas y Copas de la Reina y la medalla de bronce en el Europeo de campeones de copa el año pasado con el Rivas. Pero además es científica y fue esto lo que le trajo a Zaragoza hace tres años. En concreto, una oferta de Patricia Sancho para ser técnico de laboratorio en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.

Llegó a la ciudad y buscó dar continuidad al guante, el bate y la bola. «Tengo una suerte muy grande, mi marido también es jugador de béisbol. Entrenar sola es difícil, solo puedes ir al gimnasio y así trabajamos juntos a pesar de no estar con el equipo», explica Parejo. Ambos se pusieron en contacto con el Club Béisbol y Sóftbol Miralbueno, que les «abrió las puertas de sus instalaciones», asevera la jugadora.

Ahora, la lucha consiste en conseguir quedarse en la ciudad. Esto no depende del deporte, sino de su contrato como investigadora, que acaba en septiembre y su grupo no tiene «financiación para investigadores, solo para comprar reactivos», denuncia Parejo. Están intentando recaudar fondos para poder prolongar el contrato y seguir con su investigación: «Estudiamos el cáncer de páncreas, que es uno de los de mayor letalidad porque se diagnostica en fases avanzadas de la enfermedad. Los primeros síntomas son muy inespecíficos o inexistentes y los tratamientos que existen hoy en día no funcionan».

En Zaragoza, la pitcher ha contribuido a avanzar en los estudios del grupo. Ahora saben que «las poblaciones más agresivas del cáncer de páncreas presentan diferencias en su metabolismo. Estas células acumulan dentro la grasa del ambiente para utilizarla como alimento y así poder viajar por el cuerpo y hacer metástasis en otros órganos. La estrategia del proyecto se centra en bloquear que estas células utilicen la grasa creando ‘células obesas’ y que mueran por fallo energético», relata. Pero si el contrato de la deportista finaliza, todo se complica.

Por esto mismo, el grupo en el que trabaja Parejo ha buscado una solución. Una campaña de recaudación de fondos a través de la plataforma Precipita, que forma parte de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y en la que «te ayudan a conseguir dinero a través de donaciones. Hay que presentar un proyecto que ya esté financiado y evaluado por un comité científico que haya comprobado que tiene posibilidades de éxito». Al proyecto de Parejo le dieron el visto bueno y, como si la bola decisiva se tratase, lanzó la campaña.

El tema puede parecer algo complejo. Por eso Parejo tenía pensado transmitirlo a la población de manera cercana, a través de lo que más le gusta: el sóftbol. Para la recaudación de fondos el grupo ha desarrollado iniciativas con la Federación Catalana de este deporte, ya que la jugadora es de Barcelona y allí comenzó a practicarlo. «Nos ha donado material deportivo para poder hacer rifas y sorteos, llevamos con esto prácticamente un año y si no hubiese sido por la pandemia habríamos podido ligar más esta campaña al deporte. Pensábamos en algún campus de fin de semana y relacionarlo con la temática. Pero al final no lo hemos podido materializar, nos hemos reinventado porque nuestro plan inicial era hacer cosas de calle», explica. Ahora solo les queda esperar que este último mes las donaciones a través de la web https://ciencia.precipita.es/cancerpancreas sean las suficientes.