En Móstoles no hay mucho monte. Quizá porque todos estén emergiendo en la cabeza de Dani. En su ensueño de escalar cumbres y filmarlos se encendió una bombillita que ilumina el éxito de crítica y público (450.000 espectadores de media en las primeras tres emisiones) que está teniendo Rescate, serie documental que cada domingo (20.00) relata en La2 la vida cotidiana del GREIM de Benasque.

Llevaba ya tiempo dándole vueltas a encontrar un formato que hiciera accesible desde la calidad el mundo del documental de montaña a un público de televisión menos especializado. Y pensó en la labor de salvamento que hace la Guardia Civil. Se puso manos a la cámara. Conseguir los permisos y grabar tres minutos de promo en Guadarrama, cerca de casa, con la que empezaron a mover el proyecto por distintas emisoras. Una llamada un 7 de enero, casi un regalo de Reyes, confirmaba que TVE apostaba por Rescate. Y, claro, llegó la pandemia y lo frenó todo en seco hasta que en verano vieron la luz para ejecutar su plan. «Ha habido una fluidez tremenda por parte de la Guardia Civil. Desde un principio han estado muy colaborativos», indica el director Dani Salas, junto a Ruth Fuentes, encargada de la producción, impulsores de Dokumalia.

La grabación se desarrolló en julio, agosto y septiembre. Un grupo de cuatro personas, dos operadores de cámara, un técnico de sonido y un redactor, se unió al día a día de la base de Benasque. «El respeto fue la base de la colaboración. Queríamos que no nos viesen como un lastre o intrusos. La prioridad eran los rescates», insiste Daniel. Sólo él o Diego Gallego, otro cámara, les acompañaba en los arriesgados vuelos del helicóptero si recibían un aviso tras valorar que las condiciones fueran propicias.

Desde dentro

La confianza fue creciendo, generando hasta su propio código de gestos para comunicarse. Y es que no son sólo cámaras. Son escaladores expertos. Dani empezó a trabajar con Al Filo cuando tenía 23 años y en su currículum figuran expediciones al Himalaya con Carlos Soria y muchas horas de cordada. No obstante, recibieron una formación previa y llevaban su propio material por si, en mitad del operativo, tenían que quedarse solos.

La serie cuenta con trece capítulos en los que se narra casi en primera persona cómo se desarrolla un rescate en alta montaña, barrancos o simas. La calidad de la imagen y el sonido ayudan al espectador a introducirse en la acción y conocer mejor la labor de los guardias civiles de Benasque y Boltaña, los pilotos del SAER y los médicos del 061. GoPros estratégicamente colocadas en el helicóptero, subjetivas en los propios especialistas, una Súper 35 al hombro y micros para sonorizar cada detalle. «El contexto no tiene que ser un impedimento para dar calidad. El sonido fue un acierto, porque no vale de nada dar buenos primeros planos si no sabes lo que pasa dentro», afirma Dani Salas, que no puede recordar las numerosas horas de grabación o edición, pero sí el tremendo trabajo de 15 profesionales audiovisuales.

Cada capítulo recupera un relato en pasado con salvamentos que no siempre acaban bien. Para su selección contaron con el apoyo de los propios agentes, viajando por España a distintas bases del GREIM para captar sus testimonios y los de los supervivientes. Era básica la obtención de imágenes de estos casos, a los que se añade el efecto de la animación creada por Naysel porque «no queríamos falsear nada, solo contar historias reales».

Con sumo respeto y elegancia no se ocultan los peligros que acarrea la montaña, incluso mortales. La labor de concienciar y prevención es fundamental en Rescate y uno de los argumentos por los que está siendo tan bien acogida. «Queríamos ser un programa en el que se vea que hacer cosas por encima de nuestras posibilidades puede conllevar el meterte en un marrón», sin obviar que hasta gente muy capacitada puede tener un accidente porque la «montaña es así». Dani recuerda que la mayoría de las intervenciones grabadas no son de gravedad: esguinces, salidas de hombro... debido a que «este verano hubo mucha más gente en el monte».

Sin embargo, en Rescate no se percibe un discurso de reproche a las víctimas, ni se les señala por cometer imprudencias, incluso aunque las hayan hecho. «Ese es el espíritu del GREIM. No están para reprender, sino para rescatar, para ayudar y aconsejar qué es lo que tienen que hacer en otra situación», incide este madrileño de la Sierra que no niega su deseo de poder hacer una segunda temporada.

Rescate hilvana momentos de tensión, drama y también humor. La vida, la de unos pilotos, médicos y montañeros que auxilian a otros montañeros. Humaniza y pone cara a aquellos que no se consideran héroes. «Porque héroe es el que se tira al vacío sin pensar en las consecuencias y ellos subrayan que son profesionales en continua formación, muy preparados, que han calculado y meditado cada acción», concluye Dani Salas. Será así, aunque sí lo parezcan.