Sergio Hernández fue crítico y autocrítico. Señaló que el Casademont está jugando mal y cargó con la responsabilidad. «Una vez más no estuvimos a la altura ni cerca de lo que un equipo que dice pretender lo que pretendemos debe hacer ni ofensiva ni defensivamente. Defensivamente estuvimos muy pobres una vez más. Es nuestro gran problema. Y ofensivamente absolutamente confundidos, sin claridad. En ningún momento supimos dónde teníamos que ir. No quiero ser exagerado porque uno cuando pierde siempre está afectado emocionalmente, pero sí está claro que hay una enorme responsabilidad del entrenador, en este caso mía», dijo.

El problema no solo fue la derrota de ayer, sino la pérdida de identidad del equipo. «Nos viene pasando últimamente que hemos perdido identidad, claridad de juego, no reconocemos quiénes son nuestros jugadores para cada momento y nos quedamos solo con el ritmo y los demás equipos nos están parando el ritmo. Nos confundimos porque metemos muchos puntos y nos pensamos que atacamos bien y la realidad es que metemos muchos puntos, nada más, no atacamos bien. Atacar mal genera muchas pérdidas de balón, muchos tiros forzados que le da al rival muchas opciones de ataque rápido», indicó el preparador argentino.

Y si el ataque no fue bueno, la defensa fue peor. «Nuestra defensa colectiva fue muy mala. Estoy hablando del último tiempo. Habíamos mejorado, crecido en algún aspecto, entonces sucede lo que sucedió hoy o contra Badalona, que como dependes solo de tu ataque, la rotación se complica y empiezan a jugar solo jugadores que pueden meter puntos porque los que no pueden meter puntos condicionan la victoria, digamos, porque solo podemos ganar metiendo muchos puntos», apuntó.

Hernández se mostró optimista de cara al futuro pero realista. «Esto es una crítica, una autocrítica. Los jugadores tienen la voluntad, el empeño, son siempre muy comprometidos, están poniendo todo lo que pueden, pero el juego está absolutamente caótico, confusiones ofensivas, defensivas. Lo vamos a solucionar, pero es la realidad y no se puede esquivar. No estamos jugando buen basket, no hemos podido dar ese salto de calidad que queríamos», señaló.