El Real Zaragoza espabila pronto pero se vuelve a dormir después. El equipo aragonés, sumido en un grave problema ofensivo durante toda la temporada, pierde gas conforme avanza un partido que suele empezar bien pero que le asfixia con el paso de los minutos, como lo demuestra el hecho de que 16 de los últimos 18 tantos encajados por el equipo aragonés han llegado tras el descanso.

Pero, en las últimas citas, el Zaragoza también está dejando patente que, de cara al gol, es mucho más efectivo durante los primeros compases del duelo. Seis de los siete últimos tantos anotados por los de JIM se han producido en la primera media hora de juego y cuatro de ellos llegaron cuando el luminoso todavía no había alcanzado el minuto 20. El gol de Peybernes al Mirandés, el más tempranero de toda la temporada, llegó en el minuto 6. En la jornada anterior, Narváez había adelantado a los aragoneses en Vallecas en el 11, el mismo minuto en el que James hizo el primero en La Rosaleda. Álex Alegría se estrenó ante el Tenerife en el 20.

La nómina de tantos marcados en la primera media hora se completa con los que anotaron Álvaro en propia puerta en Vallecas (29) y Jair en Sabadell (30). De los últimos siete goles, solo el de Vigaray llegó más tarde, aunque también en la primera mitad (44).

Porque, más allá del descanso, la oscuridad envuelve a un Zaragoza que no celebra un gol en la segunda parte de un encuentro desde hace casi tres meses. Fue Bermejo (54), ante el Logroñés, el último que vio puerta para el conjunto aragonés después del intermedio. Era el 8 de enero. Desde entonces, los pocos goles marcados por la escuadra de JIM siempre se han producido en los primeros 45 minutos.

Cambio de dinámica

Es decir, desde hace casi tres meses, el Zaragoza solo anota en la primera parte. En ese tramo han llegado los últimos nueve tantos de la escuadra aragonesa, que, en este sentido, ha invertido la dinámica de casi toda la primera vuelta, en la que apenas marcó antes del intermedio. De hecho, solo tres de los diez goles que había materializado el Zaragoza antes de la llegada de JIM se habían producido en el periodo inicial y dos de ellos llegaron en propia puerta (de Clau ante Las Palmas y de Bolaño frente al Oviedo, ambos en La Romareda). El tercero fue obra de James, también en casa, contra el Rayo Vallecano. Ninguno de esos tres duelos se saldó con victoria zaragocista (empate ante los canarios y derrota en los otros dos).

Con JIM todo ha cambiado. También el periodo en el que se anotan los escasos goles que se marcan. De hecho, solo tres de las doce dianas convertidas desde que el alicantino se hizo cargo del equipo han llegado después del descanso y todas se sucedieron en los tres primeros choques (Chavarría al Lugo, Azón en Cartagena y el segundo de Bermejo ante el Logroñés). Desde entonces, el Zaragoza, si marca, lo hace temprano. Casi nunca más allá de la primera media hora. Y, habitualmente, saca partido del madrugón, ya que solo ante el Rayo en Vallecas (3-2) no sumó con JIM tras acertar antes del minuto 30. Ganó al Málaga en La Rosaleda y a Tenerife y Mirandés en La Romareda y sumó un punto en Sabadell que bien pudieron ser tres si Narváez no hubiese fallado un penalti tras el empate de Stoichkov.