El Casademont Zaragoza hizo lo más difícil, al menos en apariencia, igualar y volver a tener opciones en un partido que parecía imposible, pero después de eso se desinfló y no pudo culminar la remontada ante el Valencia (76-85). Lo tuvo tan cerca y se quedó tan lejos que encajó su quinta derrota consecutiva en la Liga Endesa que, unida a otros resultados de la jornada, le dejan de nuevo en el furgón de cola, pendiente otra vez de no acercarse demasiado al fuego para no quemarse.

El Casademont lo intentó todo, buscó caminos diferentes a los que hasta ahora le habían llevado a perder, pero no pudo sorprender a un Valencia Basket también necesitado y que supo jugar mejor los momentos decisivos. El equipo aragonés empezó más calmado, buscando posesiones más largas, más elaboradas, que le dieran un equilibrio en su juego y no desgastaran más sus ya utilizadas piezas. Así fue el primer cuarto, en el que Sergio Hernández no movió nada hasta el minuto ocho y la igualdad fue máxima en todas las estadísticas, también en el marcador (21-21).

Pero al inicio del segundo cuarto los dos bases del equipo, Sulaimon y San Miguel, se pusieron pronto con dos personales. Con Javi García fuera por lesión, el técnico intentó proteger a sus creadores de juego y multiplicó las rotaciones, poniendo y quitando a Sulaimon casi en cada oportunidad y moviendo a todo el equipo, a los interiores y a los exteriores. Hicieron el uno por momentos Ennis y Brussino, Wiley jugó al cuatro con Justiz, Harris de cinco. Cambios continuos en la pista y, como es costumbre, también en defensa con cada bloqueo, circunstancias que no ayudaron a que el equipo tuviera regularidad y continuidad. Vamos, que no las tuvo.

Al Casademont se le escapaba el partido entre sus errores ofensivos y sus desatenciones defensivas. No es que estuviera cometiendo grandes fallos sino que los pequeños detalles no estaban de su lado. Tampoco contribuyó el arbitraje, un día más con decisiones difícilmente comprensibles y que no dejaron contento a casi nadie, sobre todo en el Casademont.

El final

El equipo aragonés se enganchó al partido como pudo, a pesar de sus errores ofensivos en algunas acciones increíbles, a pesar de su poca amenaza exterior. Lo más constante en el equipo aragonés fueron Brussino y Hlinason. El argentino es el gran catalizador del juego aragonés y el islandés parece haber recuperado la confianza. Esta vez tuvo más minutos que Wiley y dio la razón al técnico en esa decisión siendo el mejor valorado del equipo. Un técnico que siguió con sus múltiples y continuos cambios hasta el final y que acabó sentando a Ennis por una mala defensa, lo que provocó el enfado de ambos.

Hubo un momento en el que la desesperación estuvo a punto de hacer claudicar al Casademont antes de tiempo. Su ataque no encontraba el camino, no partía de un base fijo, no tenía acierto, pasaban los minutos, el partido se escapaba y los jugadores aragoneses optaron por correr y tirar para intentar remontar a la desesperada. Esta vez tampoco funcionó hasta que una acción de cuatro puntos de Brussino, un tiro libre y un triple tras el rebote ofensivo de Barreiro, acercó definitivamente al Casademont y facilitó el 74-74 a solo tres minutos del final.

Después de casi 20 minutos por detrás, viendo al Valencia queriendo escapar, llegando a los diez puntos de diferencia, castigando sus errores, el Casademont se reivindicaba en el momento preciso y decisivo. El equipo tuvo incluso la ocasión de ponerse por delante... Pero tan pronto como llegó la oportunidad, se fue. Un triple de Prepelic desde lejos pareció poner la puntilla al equipo aragonés porque a partir de ahí el Valencia volvió a coger aire en el momento definitivo (del 74-74 a al 74-81 en minuto y medio).

En los últimos tres minutos el Casademont solo fue capaz de anotar desde el tiro libre, lo que hizo imposible cualquier intento de remontada final. El equipo de Sergio Hernández lo tuvo cerca, muy cerca, pero acabó lejos, muy lejos del triunfo. El equipo está cambiando cosas, está saliendo de su bache en actitud y algunos aspectos del juego, pero sigue en una racha negativa que alcanza ya las cinco derrotas seguidas. Un frenazo en seco que le lleva a retroceder en la clasificación y volver a mirar abajo.