Algunos ciclistas tendrían que tener prohibido retirarse, que fueran eternos para verlos siempre, allí donde fuera, incluso en carreras menores y sin grandes recursos mediáticos, superar a los rivales, levantar los brazos... sencillamente ganar. Porque son las estrellas, las que arrastran tras de sí a un séquito de entusiastas que los convierten, en el caso de Mark Cavendish, en un ciclista tan importante en Gran Bretaña como Chris Froome a quien sus paisanos nunca lo han acabado de ver como uno de los suyos por aquello de que siempre, por una razón u otra, ha residido en el extranjero.

1.159 días después de su última victoria, Cavendish volvió a reivindicarse en un esprint masivo. Sucedió este lunes en el Tour de Turquía, en su segunda etapa, resultado que se dio en una llegada masiva en la que el veterano ciclista inglés, de 35 años, volvió a sentirse en su salsa, como cuando nadie le hacía sombra el día que el guion del Tour indicaba que todos llegarían en grupo a la meta para que unos pocos locos se lanzaran a 60 por hora y se jugasen el triunfo de etapa.

Cavendish meditó retirarse el año pasado, tras pasarse una temporada, coronavirus entre medio, prácticamente en un segundo plano corriendo en el Bahrein, allí donde militan Mikel Landa y Pello Bilbao. No había manera, siquiera, que pillase un puesto de honor en una llegada masiva... hasta 30 victorias consiguió en el Tour, jersey amarillo incluido, en los años de apogeo, cuando ganó la Milán-San Remo o se proclamó campeón del mundo por allá 2011.

Victoria en Turquía

Las cosas no le iban bien pero Cavendish quería seguir ganando aunque para ello tuviera que emigrar a Turquía. Por eso, aceptó la oferta de Deceuninck, tal vez la escuadra del pelotón mundial que más sabe, más trabaja y más éxitos consigue a la hora de coleccionar victorias en todas partes. Él no iba a hacer sombra ni a Julian Alaphilippe ni a Remco Evenepoel, al que se espera que regrese cuanto antes tras su tremenda caída, en agosto pasado, mientras corría en Lombardía. Por eso, esta semana se ha apuntado a la ronda turca, que ahora lidera, con el fin de anotarse como así ha sido alguno de sus esprints.

Cada vez menos esprints

Simplemente quería reivindicarse como vencedor, como vieja estrella, sabedor también que el ciclismo ha cambiado, que los organizadores tratan de evitar al máximo las llegadas masivas (ni una hubo la semana pasada en la Itzulia) y que el arte de velocista cada vez encuentra menos escenarios, como les sucede a los contrarrelojistas.

Ganó por última vez en Dubai, en 2018. Seguramente este será su último año en activo, pero no se retirará con el mal sabor de boca de tener que conectarse a internet para recordar alguna de sus viejas victorias.