El partido y la abultada en Montilivi vienen condicionados por un penalti que quiso ver solo López Toca nada más empezar el duelo, pero ese hecho, irrefutable, no debe tapar el bosque de un partido muy flojo, rozando la indolencia, del Zaragoza, que gracias a su estupenda reacción se plantó en Gerona con un colchón de seis puntos con el descenso y que salió esta noche con esa renta a la espera de lo que suceda en el resto de la jornada. Esa ventaja, la cercanía con la permanencia, llevó al equipo a un claro conformismo, a salir a verlas venir, sin fútbol ni ideas, y el gol de Stuani tras esa pena máxima ya se vio un muro insalvable. Así, Nahuel y Sylla golearon a los zaragocistas (3-0) en la segunda parte en la peor derrota con JIM.

El partido debe servir de toque de atención para el equipo, que haría mal en mirar demasiado a López Toca por la derrota y sí que tiene que darse cuenta de que sin tensión competitiva puede darse de nuevo de bruces con el peligro de bajar que ahora ve lejano. Necesita ser más competitivo, vivir con la navaja en los dientes, porque si baja un punto el espíritu con la idea de que la inercia con esa renta y los fallos de los rivales le van a bastar puede verse en apuros más serios, como los que vivió hace poco, en las 7 jornadas que restan.

No había roto casi a sudar el Zaragoza, con la novedad de Peybernes para sentar injustamente a Francés en el eje y dispuesto en un rombo con Francho de pivote defensivo y Zapater y Sanabria en las alas para dejar a Adrián como enlace del Toro, de nuevo fijo sin argumentos, y de Narváez, cuando se vio por detrás en el marcador en un penalti muy dudoso, o inexistente, de Jair, habitual infractor, por cierto. El portugués hizo un gesto que indujo a López Toca a ver una mano de las del nuevo fútbol que tenía pegada al cuerpo y el colegiado pitó un pena máxima que Stuani no perdonó en el minuto 6.

El árbitro cántabro empezó a sacar brillo a sus gafas de madera y no vio un manotazo de Aday a Sanabria que mereció tarjeta y se equivocó en varias decisiones, permitiendo la dureza del cuadro catalán, mientras Cristian arriesgó demasiado ante Stuani en un gol que López Toca anuló tras el saque del meta argentino.

El Girona, con su clásico 3-5-2, dominaba un pleito repleto de resbalones en los dos equipos y comandado por Gumbau en el medio y afilado por Yan Couto en la derecha y el Zaragoza no se encontraba cómodo, sin fluidez ni fútbol y solo con Francho con chispa en el medio al margen del trabajo de Zapater, mientras Sylla y Stuani exigían demasiado a Peybernes y Jair y generaban inquietud. Un error del galo no lo aprovechó Stuani, aunque antes a Narváez se le fue el control largo tras un caramelo de Tejero para desperdiciar la mejor ocasión zaragocista.

Narváez era el único peligro visitante y Juanpe tapó su envío tras una buena maniobra de Adrián y el colombiano generó más problemas cuando se volcó a la banda derecha. Un centro suyo y un disparo de Tejero que dio en Arnau y acabó en gol anulado, aunque en esta ocasión sí acertó López Toca, fueron los avisos antes del descanso de un Zaragoza que niveló un pleito de muy bajo nivel cuando se llegó a ese intermedio con los zaragocistas recordándole al árbitro sus errores.

JIM sentó al desafortunado Toro y dio más pronto que nunca tiempo a Iván Azón, pero el partido tampoco estaba para los milagros del niño. Cristian salvó un disparo de Sylla y Zapater mandó un balón al lateral de la red en una falta, en la mejor ocasión, aunque el choque era del Girona y, tras muchos córners locales, llegó la sentencia. Gumbau sacó en corto y su envío lo cabeceó a placer Nahuel, recién salido, con la defensa en general y Tejero en particular mirando hacia otro lado en el minuto 64.

JIM reaccionó con Bermejo y Eguaras en lugar de Adrián y Zapater, pero ya no hubo partido. El Zaragoza seguía desnortado e inconexo, sin capacidad y viendo muy clara la derrota, que aún se agravó un poco más. Después de que Alegría y James saltaran al césped para buscar el gol a la desesperada, Mamadou Sylla, a pase de Yan Couto y con Jair despistado, terminó de sellar el ataúd zaragocista, de un equipo al que le anuló el VAR otro gol, también justamente, de Peybernes y que perdió en Montilivi llegando lanzado tras cinco jornadas sin hacerlo porque López Toca le enseñó la puerta del desastre y no tuvo nunca ni un ápice de alma para rebelarse ante una derrota merecida.

Ficha técnica

Girona FC: Juan Carlos; Yan Couto, Santi Bueno, Juanpe, Arnau, Aday Benítez (Antonio Luna, min. 61); Gumbau (Ramon Terrats, min. 75), Cristóforo (Ibrahima Kébé, min. 75), Monchu; Mamadou Sylla (Yoel Bárcenas, min. 86) y Stuani (Nahuel Bustos, min. 61).

Real Zaragoza: Álvarez; Álvaro Tejero, Peybernes, Jair, Nieto; Sanabria (Alegría, min. 83), Francho (James Igbekeme, min. 83), Zapater (Eguaras, min. 66); Adrián (Bermejo, min. 66); Gabriel Fernández (Ivan, min. 46) y Narváez.

Goles: 1-0, min. 6: Stuani, de penalti. 2-0, min. 64: Nahuel Bustos. 3-0, min. 84: Mamadou Sylla.

Árbitro: José Antonio López Toca, del Comité Cántabro. Amonestó a los locales Aday Benítez (min. 53), Santi Bueno (min. 57) y Gumbau (min. 67), y a los visitantes Gabriel Fernández (min. 18) y Álvaro Tejero (min. 60).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima quinta jornada de LaLiga Smartbank disputado a puerta cerrada en el Estadi Municipal de Montilivi.