Ana Muñoz es la única aragonesa que ha conseguido ganar dos medallas de categoría absoluta en el Campeonato de España de natación. Pero antes de estos éxitos estuvo un año alejada del agua por los estudios y «también por la edad del pavo», ríe al recordarlo. «Estar un año parada sin hacer nada de deporte se notó», confiesa la nadadora, pero también asegura que al final se volvió «a enganchar» y fue entonces cuando consiguió cosas que eran sus «sueños».

En plural, porque en el mismo año en el que alcanzó su primer metal nacional absoluto, en el 2018, fue convocada con la selección española para viajar y competir en Portugal. «Mi mayor logro han sido las dos medallas nacionales, pero yo me quedo con la vez que fui con la selección porque fue un sueño poder ir con ellos», asegura Muñoz una vez conseguida ya su segunda medalla, la de plata en 200 espalda, hace unas semanas.

A pesar de que ha tenido sus más y sus menos en el deporte, hasta llegar a abandonarlo en una ocasión en el 2015, la natación es ahora para Ana Muñoz su «forma de vivir». «Cuando lo dejé la verdad que lo eché muchísimo en falta», asevera la aragonesa y explica que luego le entró «el mono» y por eso volvió. «Gracias a eso gané mi primera medalla, algo que antes veía imposible», apostilla. La nadadora cuenta también otro cambio que propició la llegada de ese metal.

En el 2012 se lesionó el manguito de los rotadores de ambos hombros. A partir de este percance, tanto su médico como su entrenador decidieron que debía cambiar de estilo. Comenzó a nadar a espalda, modalidad en la que ha conseguido sus dos medallas absolutas. Ahora asegura que le «gusta mucho». «Tengo mucho por mejorar y eso me motiva para seguir entrenando y conseguir mejores resultados», asegura Muñoz.

Precisamente es en eso en lo que consiste la natación: «Compites contra ti mismo, contra tus tiempos», relata y añade que «por mucho que te den medallas», ella se lo toma como que compite contra sí misma. «No porque me gane otra persona me voy a enfadar ni muchísimo menos, si me enfado es por mis resultados», reitera la aragonesa. Sobre el fracaso también le ha enseñado mucho el deporte, a relativizarlo. «Hay mucha gente que no lo sabe gestionar, yo era de esas personas», confiesa Muñoz y recuerda que se «enfadaba, se venía abajo y acababa desmotivada». «Poco a poco, con trabajo y también con la edad, que te da madurez, he conseguido gestionar esos momentos y llevarlos de la mejor manera posible tanto si es a nivel deportivo como personal», asegura. Esto es gracias al deporte, según su punto de vista.

La natación y el ejercicio le han ayudado en todas las facetas de su vida. También ha tomado decisiones que se complementan con su estilo de vida. Por ejemplo, Ana Muñoz comenzó a estudiar Ingeniería, pero después de dos años lo dejó. Ahora está estudiando Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad San Jorge. «Estoy muy contenta porque aprendo cosas que me sirven para mi día a día de entrenamiento, mi rutina de alimentación», explica la deportista aragonesa.

Ahora, además de acabar los estudios tiene nuevos retos. Muñoz se permitió soñar despierta y confesó que sus sueños son «conseguir una medalla europea y ser internacional». Pero no es el único. «Es soñar por soñar, pero lo máximo sería ir a unos Juegos Olímpicos» explica y añade que aunque «es algo muy complicado igual el día de mañana en el que deje de estudiar, termine la carrera y tenga más tiempo… Igual podría ser», concluye la subcampeona de España.