El rugby aragonés tiene de nuevo la oportunidad de colarse en la élite a nivel nacional. Esto viene de la mano del Fénix Club de Rugby, que consiguió por cuarto año consecutivo el billete para unos playoffs de ascenso a División de Honor. Quedaron terceros de su grupo en la fase regular y, aunque jugadores y entrenador coinciden en que en parte este era el objetivo, la temporada no ha acabado para ellos. Esperan dar la sorpresa este sábado visitando al Gernika (16.30 horas) y poder jugar la siguiente ronda.

El equipo al que se enfrentan quedó primero en su grupo, sin perder ninguno de los partidos que disputaron. Es el mejor de los líderes. «Algo de nuestro juego sí hemos adaptado», comenta el entrenador Jorge Molina al hablar de la preparación de cara al encuentro y añade que han tenido que «pulir ciertas cosas o mover algunas fichas para acoplar el juego a sus ataques y defensas».

Guillermo Aina, capitán del conjunto zaragozano, describe al Gernika como un rival «potente». Se explaya diciendo que tienen «jugadores bastante grandes, sobre todo los ocho delanteros». Así suele ser en el rugby. Del dorsal número uno hasta el ocho se acumulan los kilos del equipo en la delantera y, como el equipo destaca por estos «tienen tanto en ataque como en defensa contactos muy duros», explica Aina. Esto les da ventaja tanto en la potencia de la melé como en la altura de los saques de touch. 

El Fénix tiene sus armas para contrarrestarlo: «Vamos a jugar todo el partido con la cabeza fría y el corazón caliente», asegura el capitán y añade que «a los ocho de delante no los puedes evitar, habrá que pararlos, pero es posible que cuando tengamos la posesión aprovechemos la rapidez y la fluidez de nuestra línea». Aquí es donde se ve implicado Juanjo Rivas, tres cuartos del equipo. Es decir, de los que juegan a la mano y más al rugby de evasión que al de contacto. Rivas también ve puntos fuertes en los rivales que ocupan su posición. 

«La tres cuartos del Gernika es bastante rápida, tienen buen juego al pie y con esto el apertura consigue meter a la línea bastante al fondo de su campo», resume. El Fénix tiene que dar un paso adelante para sobreponerse. «Tenemos confianza en nuestro juego y en lo que hemos trabajado», comenta el entrenador, Molina. De todas formas, uno de los objetivos ya está conseguido: «Desde el principio de temporada, aun sin saber si se podría competir, queríamos intentar luchar por estar en el playoff por cuarto año consecutivo», asegura el preparador, aunque el año pasado la pandemia les impidió jugarlo. Pero los jugadores no se quedan con esto. Aina confiesa que quieren «dar el salto y lo más pronto posible jugar en División de Honor», mientras que Rivas comenta que «pasar de fase sería un sueño».