Todo empezó en una piscina, pero ha ido pasando por terrenos de todos los tipos. En temporada de invierno, por ejemplo, se decanta por el estado sólido de ese agua que en primavera y verano recorre a brazadas. Con el frío se calza los esquís para poder competir a pesar de las bajas temperaturas. Marta Borbón es triatleta y no se limita por la época del año para hacer lo que ella considera «una forma de vida», practicar deporte. 

Todo comenzó en el CN Helios, pero dedicarle tantas horas a tan solo un deporte se le hacía «monótono», confiesa la deportista. «Siempre me había gustado correr», recuerda Borbón, que salía de vez en cuando a trotar. Fue su entrenador de natación quien le adentró en el triatlón. «Él acababa de empezar y me dijo que lo tenía que probar, que me iba a gustar», relata ahora. 

Y se decidió. Cuando su club sacó sección se apuntó. De eso hace ya seis años, ella tenía entonces 21. Lo que más le costó en un primer momento fue la bicicleta. Tan solo estaba acostumbrada a utilizarla cuando iba al pueblo y, al empezar a entrenar en serio, las salidas de dos horas se le hacían larguísimas. Sin embargo, ahora disfruta mucho yendo sobre ruedas. «Normalmente corremos con bicicleta de carretera, pero en pretemporada hacemos bicicleta de montaña y eso me gusta mucho», asegura la zaragozana, para la que cualquier reto se queda corto. 

Precisamente del triatlón le enganchó el «poder ir cambiando de deporte» para alejarse de la monotonía. Pero incluso esta combinación de tres disciplinas fue poco para ella. De hecho, el mayor logro de la aragonesa es en triatlón de invierno, que cambia la natación por el esquí. Tampoco se había calzado los esquís demasiadas veces a lo largo de su vida. Al margen de una escapada al Pirineo una o dos veces al año con sus amigas, Borbón no tenía demasiada experiencia. Y menos en fondo. Pero todo era cuestión de probar. Escuchó que podía competir en Ansó, en el Campeonato de España, y se marcó el objetivo. 

Allí fue subcampeona y a raíz de esto la selección nacional la convocó para ir al Campeonato del Mundo en Andorra. «Al salir de España vi el nivel que tienen las de los países nórdicos», explica la aragonesa y añade que corriendo y en bici estuvo en carrera, «pero esquiando es una pasada el nivel que tienen». Pero no se rinde: «Ojalá se pueda repetir la ocasión en los próximos años, intentaré mejorar mi punto débil», determinó.

Otro de sus éxitos considera que ha sido «el décimo puesto en el Campeonato de España de triatlón olímpico en categoría élite del año pasado». Tampoco quiere quedarse aquí. Su meta ahora es consolidarse «como una buena triatleta, hacer un top ocho a nivel nacional». Sin embargo, «cada vez el nivel va subiendo más y está complicado». Ha crecido el número de participantes, y más todavía en categoría femenina. Borbón ahora está en el club Diablillos de Rivas, de Madrid. Tuvo que cambiar de equipo porque en Helios no tenía compañeras para competir a nivel nacional. 

Marta Borbón sigue entrenando en Zaragoza. Nada en Helios por la mañana, después da paso a su jornada como ingeniera de proyectos en una empresa de energías renovables y por la tarde, al acabar las ocho horas, vuelve con una sesión vespertina para entrenar la carrera y la bicicleta. Un ritmo frenético que solo una verdadera amante del deporte podría aguantar.