Muchas latas. De refresco, de bebida energética, de cerveza. Mascarillas. Plásticos. Todo a la bolsa. Sin correr. Aunque sea una escuela de trail, este día no va a ser necesario ir a toda prisa. Es mejor caminar con tiento, echando bien el ojo al suelo, no para evitar el tropiezo, sino para recoger toda la basuraleza posible. Que no quede nada. Esa fue la lección que se llevaron los alumnos de la campeonísima Virginia Pérez Mesonero el último día de curso, quizá el más importante de todos. «Hacían competiciones entre ellos para ver quién recogía más. Lo importante es que entendiesen el valor de proteger la naturaleza y que aprendan a recoger sus residuos», dice la número uno nacional de Kilómetro Vertical.

Esa fue la meta de esa carrera. Concienciar desde cachorro en el respeto por el medio ambiente, por las montañas, es básico para que entiendan qué lleva a esta mujer a perderse entre ellas, a tirar a correr cuesta arriba y cuesta abajo. Con esta iniciativa Virginia Pérez se une a las crecientes campañas de sensibilización en la recogida de residuos en entornos naturales. 

Alrededor del campo del fútbol, de la cancha de baloncesto, del polideportivo, de un parque, en las orillas del río Aragón, los veinte alumnos, de entre 7 y 15 años, de la corredora y sus familias rellenaron seis bolsas grandes. «Teníamos claro que queríamos hacer algo, una reivindicación para el último día, porque veíamos este tipo de movilizaciones y se lo propusimos. Se han sorprendido de las cosas que iban encontrando. Volveremos a hacerlo después de las vacaciones», indica la atleta, que entrena para atacar en julio el Campeonato del Mundo de Skyrunning en Boi. 

El apoyo de Aragón 

El proyecto Libera lleva desde 2017 ejecutando programas de formación y campañas nacionales de retirada de desperdicios. Creado por SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes, el próximo día 12 de junio este programa desarrollará una acción conjunta en distintos puntos de España para hacer frente a esta plaga. Bajo el lema 1m2 contra la basulareza pretenden superar las 450 intervenciones ejecutadas en 2020, antes de que la pandemia retrasara la continuidad del proyecto.

Precisamente, el confinamiento llevó a un aislamiento que multiplicó las ansias de aire libre y la presencia de humanos, no todos civilizados, en áreas protegidas. «Es lastimoso llegar a sitios y encontrar mascarillas o colinas, que cuentan con 400 contaminantes. No es un problema estético o paisajístico, es ecológico», explica Sara Guemes, coordinadora del proyecto Libera.

Aragón, por la amplitud y variedad de sus espacios naturales, es un territorio especialmente sensible. «Contamos con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Por ejemplo, se ha formado a los técnicos de los Centros de Interpretación para que asesoren a los visitantes», añade Sara Guemes. Libera ha instalado 65 señales informativas en 14 espacios naturales de las tres provincias aragonesas para recordar a los caminantes que deben dejar la misma o mejorar la paz y limpieza que se encuentren. Ayuntamientos y comarcas, grupos de scouts, asociaciones y entidades sociales y ecológicas o hasta plataformas contra la despoblación están apuntados a limpiar basuraleza ese día 12. Hasta la Federación Aragonesa de Espeleología ha colaborado bajando al Barranco de Fago para recoger un camión accidentado encajado en el cañón.

Ahora se contabilizan hasta 27 puntos de recogida, aunque esperan en esta última semana de inscripción un aumento. Candanchú, las riberas de los ríos Gállego, Manubles o del Ebro o los senderos de Binéfar serán algunos de los destinos de este programa que en acciones anteriores (diciembre y marzo) sacaron 3.359 unidades de basuraleza.