La montaña en Aragón
Un regalo de cumpleaños
El Refugio de Pineta celebra su 25 aniversario inaugurando la reforma de su tejado y la modernización de las habitaciones y accesibilidad con una inversión de 240.000 euros

Distintas autoridades asistieron a la inauguración de las obras que se han ejecutado durante el cierre obligado por la pandemia. / DPH

A todos nos gusta recibir un regalo para nuestro cumpleaños. De esto no se enteró mucho el afectado, porque es de piedra, pero sí se felicitarán de ello aquellos que disfrutan de sus entrañas. Por el 25 aniversario de su apertura se consagró la renovación de las instalaciones del Refugio de Pineta, ese cobijo de La Valle Verde que asiste a los montañeros en sus andanzas en el lugar más precioso del Pirineo aragonés para muchos.
Han caído tormentas de miedo, nevadas de copos poderosos, olas de calor sahariano y menguado los glaciares hasta el sonrojo desde que los refugios para los pirineístas eran socorridos vivac bajo una roca gorda o una borda desvencijada olvidada por los pastores. Adaptar estos centros de reposo e información a los montañeros a los nuevos tiempos, hacerlos más acogedores y cercanos al visitante y al currante guardés, modernizar sus servicios y convertirlos en espacios sostenibles y accesibles, son las motivaciones que potenciaron las fases del Plan de Refugios de Aragón iniciado en 2004.
La pandemia ha sido una oportunidad para afrontar mejoras planeadas anteriormente, debido a que los centros permanecieron cerrados durante los meses de confinamiento y en el periodo de temporada más baja para evitar complicaciones. Este verano, con restricciones, vuelven a recuperar parte de la normalidad. «Lo importante es que este año vuelven a trabajar los refugios tras el cierre al que se vieron obligados por el covid. Hay que seguir apoyándolos, pues son una actividad económica fundamental en el territorio», indicó en el acto de inauguración Miguel Gracia, presidente de la Diputación Provincial de Huesca.
La ampliación de Góriz, uno de los enclaves más frecuentados por ser ruta de ascenso a Monte Perdido o a la Brecha, en noviembre, fue la buena noticia del año pasado. Gracias a una inversión de 350.000 euros del Plan Anual de Refugios de Montaña que ejecutan la Diputación Provincial de Huesca y la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) se pasó a 80 plazas de ocupación y se mejoraron los espacios de almacenamiento de material y trabajo.
Parada en la GR-11
Ahora le ha tocado el turno al anterior o posterior, según la dirección, puesto de pernocta para los caminantes de la GR-11. La extensión del Refugio de Pineta, enclave a pie de carretera por lo que lo convierte en un de afluencia para todo tipo de excursionistas, entra dentro del programa de mejora con un alcance presupuestario de 240.000 euros. «Esta infraestructura va a permitir continuar con esa vocación de servicio con que nacieron estos refugios, pero también mejorar las condiciones de vida de sus guardas, implicados con el territorio que los acoge y en ocasiones, principalmente invierno, aislados durante varios días», declaró Miguel Gracia durante el acto de inauguración de la extensión.
La actuación más importante se ha ejecutado en el tejado. Se ha renovado la cubierta del edificio con la colocación de toda la pizarra y la renovación e impermeabilización de los paneles de madera. «Son instalaciones que sufren mucho por las inclemencias meteorológicas. Estas obras eran necesarias para sostener el refugio muchos años más», indicó Javier Franco, presidente de la FAM, gestora de la instalación.
No ha sido únicamente el exterior el área de actuación y mejora del Refugio de Pineta, desde el que se pueden acometer ascensiones de tresmiles como Monte Perdido, Astazus o La Munia o excursiones más asequibles como los Llanos de La Larri o la Cascada del Cinca. La adaptación de las instalaciones en materia de accesibilidad o la adecuación de las mismas al Decreto de Albergues y Refugios, con la conversión de los dormitorios de múltiples plazas por otros más reducidos y con baños propios, han sido otros de los trabajos a resaltar a lo largo de esta fase de renovación.
Para el trasiego y economía del Valle de Pineta, dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, esta ejecución resulta clave para fortalecer uno de los servicios más concurridos durante el verano. «Es un punto neurálgico y referente para los montañeros. Atrae turismo, genera empleo, y la necesidad de otros servicios extra como farmacia, alimentación, ropa, restauración o transporte entre otros. El refugio crea un movimiento en torno a él muy importante», finalizó Miguel Noguero, alcalde de Bielsa, municipio al que pertenece La Valle Verde.
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