No pudo ser. Tanto Teresa Perales como Eduardo Santas estuvieron muy cerca de las medallas en sus debuts en los Juegos Paralímpicos de Tokio, pero tuvieron que conformarse con sendos diplomas olímpicos.

La nadadora aragonesa terminó en quinta posición en la final de los 100 metros libres S5 con un tiempo de 1:23.31, en una prueba en la que la ganadora de la medalla de oro fue la británica Tully Kearney. Perales, teniendo en cuenta que sigue lastrada por una lesión en su hombro izquierdo, consiguió de esta manera un meritorio resultado ya que ella misma había confesado que la pelea por las medallas era muy complicada y que el "objetivo real" era estar en la final.

La zaragozana también ha nadado el relevo 4x50 libres en el que ha obtenido otro diploma tras el quinto puesto logrado por el relevo español. Perales, que ha reducido considerablemente las pruebas en las que compite por su maltrecho estado físico, todavía le quedará una oportunidad de ampliar su espectacular palmarés (26 medallas olímpicas) en la prueba de 50 metros espalda.

Más agridulce ha sido el cuarto puesto del turiasonense Eduardo Santas en la final de la prueba de Persecución 3000 metros MC3. A pesar de haber conseguido rebajar su marca personal, el ciclista aragonés cedió ante el australiano David Nicholas en la lucha por el bronce, del que tan solo se quedó a dos segundos.

Santas se mostró tremendamente desilusionado porque la persecución era la prueba que "mejor había preparado". "Había trabajado mucho. Mi objetivo eran las medallas y es una decepción hacer cuarto a solo dos segundos. Lo he dado todo y ya está. No he podido cumplir mi sueño ni mi objetivo, pero habrá más oportunidades", confesó el ciclista nada más finalizar la prueba.

Pero como él mismo ha reconocido, Santas se podrá desquitar del mal sabor de boca que le deja esta "medalla de chocolate" ya que todavía competirá en tres pruebas más en Japón: el kilómetro contrarreloj en pista y las pruebas de contrarreloj y ruta en ciclismo de carretera.