El Sugraf Balonmano Zaragoza camina con paso firme. El proyecto nació el año pasado con un claro y ambicioso objetivo: devolver, a medio o largo plazo, a la capital aragonesa a lo más alto del panorama del balonmano español, la Liga Asobal. Si el año pasado fue de aprendizaje, este debía ser el de la consolidación. Y por el momento lo está siendo. 

«El equipo está respondiendo bien, tenemos jugadores de mucha calidad y se está realizando una gran labor en la parte técnica y deportiva», explica Pablo Hernández, exguardameta de primer nivel y presidente del club de reciente creación. Los números avalan sus palabras, ya que el Sugraf es colíder de su grupo de la Primera Estatal masculina junto al Eibar. Los aragoneses no conocen la derrota y salvo un empate, han salido victoriosos en todos sus enfrentamientos. Pero Hernández mira más allá de la clasificación y piensa en otras metas a conseguir: «Queremos hacer las cosas bien e ir poco a poco, sin prisas. Debemos conseguir que cuando los chavales de Aragón destaquen tengan un equipo referente en su tierra y no tengan que abandonar la ciudad». 

Pero lo que es cierto es que aun siendo un proyecto de futuro, el Balonmano Zaragoza ha comenzado con buen pie. Eduardo Gálvez, el técnico, hace balance de su gran inicio. «Las sensaciones que tengo son mejores de las previstas. Al ser mi primer año entrenando aquí pensaba que necesitaríamos más periodo de adaptación», confiesa un Gálvez que tiene claro las claves del éxito de su equipo. «Tenemos jugadores muy talentosos, pero sobre todo una gran profundidad. Podemos tener una rotación muy amplia y nuestro nivel con los cambios no decae. Esto nos permite romper los partidos en las segundas partes, ya que a los rivales les cuesta seguirnos el ritmo», explica el entrenador, que tampoco quiere marcarse todavía un objetivo: «Debemos coger experiencia y crear un modelo de juego. Cuando avance el año nos sentaremos y veremos dónde podemos estar».

Jorge Ortega, integrante de la plantilla del Sugraf y máximo goleador hasta la fecha, señala el componente humano como otra de las cualidades que ha llevado al equipo a su posición privilegiada en la tabla. «Estamos muy contentos. Somos un grupo joven, muy majo y nos hacemos el día a día más ameno», asegura un Ortega que coincide con su entrenador en la versatilidad del grupo: «Tenemos todas las posiciones bien cubiertas y un gran fondo porque estamos muy bien trabajados físicamente. Esa marcha más nos hace marcar la diferencia». 

Aunque ninguno quiere hablar abiertamente de la posibilidad de ascender una categoría ya este año, es un sueño que se siente latente en todos ellos. «Tenemos potencial y no sé hasta dónde podremos llegar, pero luchar, lucharemos hasta el final», promete Jorge Ortega. Desde luego que si siguen así, llegarán muy lejos.