"De las mejores cosas que me van a pasar en la vida». Así definió Carlos Alocén el homenaje que recibió en el Compañía de María, el colegio que le vio crecer desde que tenía tres años, por sus logros, su trayectoria ,pero sobre todo por los valores que encarna el deportista.

Compañeros, profesores, entrenadores, familia y amigos. Nadie se quiso perder un evento para el que se quedó pequeño el pabellón. Ni, por supuesto, se lo perdieron los actuales alumnos, los que tuvieron muchos, por primera vez, la oportunidad de ver a su ídolo en persona. El acto comenzó con la proyección de un vídeo en el que se repasaba la vida de Carlos, haciendo énfasis a sus momentos en el colegio. Infinidad de imágenes y recuerdos que hicieron a los presentes trasladarse al pasado y que florecieron las emociones de más de uno. Llegó el momento de los discursos y fueron muchos los que quisieron dedicarle unas palabras al actual jugador del Real Madrid.

«Integridad, compromiso y exigencia» fueron las palabras con las que definió el presidente de la Agrupación de Compañía de María a Alocén, al que señaló como el ejemplo perfecto en el que se deben fijar los jóvenes. También habló José Miguel Sierra, presidente de la Federación Aragonesa de Baloncesto, además de antiguos profesores y amigos, en los que todos destacaron por encima del Alocén deportista, el Alocén persona.

Tras los discursos y los detalles llegó el momento más esperado del acto, que fue cuando Alocén destapó la placa con la que se materializó el cambio de nombre del pabellón, que tomará el nombre del deportista aragonés en su honor. El aragonés, visiblemente emocionado, quiso agradecer al colegio y a los presentes por el reconocimiento. «No me voy a olvidar nunca de esto. He pasado aquí miles de horas y he sido muy feliz», aseguró Alocén. «Que hayáis pensado en mí como un referente en el que los chicos se puedan reflejar es lo máximo», añadió.

Precisamente a los más jóvenes el aragonés quiso dedicarle unas palabras: «Yo he estado en vuestra piel muchos años y el consejo que os puedo dar es que hagáis lo que hagáis, ya sea fútbol, baloncesto o taekwondo, disfrutad, pasadlo bien y dadlo todo». Con esa reflexión terminó su intervención el jugador madridista, a la que le siguió un eterno aplauso con el pabellón puesto en pie.

En definitiva, fue un día que dejó satisfechos y emocionados a todos las partes. Por un lado, Alocén se vio reflejado en los niños que quisieron acompañarle en el evento para verle y recordó sus años de infancia, rememorando viejas anécdotas con los que un día fueron sus profesores y compañeros. Por el otro, los alumnos admiraron al jugador del Real Madrid y pensaron que si un chico de el Compañía de María había llegado hasta donde está esta Carlos ahora, por qué ellos no van a poder lograr lo que se propongan.

A partir de hoy mismo, muchos niños y niñas jugarán en la cancha Carlos Alocén soñando algún día con poder triunfar como lo ha conseguido él.

Alocén señala la placa con su nombre. Andreea Vornicu