Dirige el nuevo Comité de Ética y Transparencia de la Federación Española. ¿Cuál es su función?

Es un órgano consultivo que se encarga de resolver aquellas cuestiones que le son sometidas en relación con el cumplimiento del código ético deportivo y, asimismo, de velar por que en el desarrollo de la actividad de todos los órganos de FEDME haya una transparencia que suponga el acceso efectivo a la información por parte de aquellas personas que la soliciten. Considero que es una oportunidad para afianzar un sistema de control y de garantías de buen gobierno en la Federación. Alberto Ayora me encargó la responsabilidad de presidir este grupo que supone el exponente de una nueva manera de hacer las cosas, con voluntad de mayor contacto con los federados y con los clubs de montaña. Además de ello, trabajar por la inclusión de montañeros discapacitados, por la igualdad en el trato en el deporte a la mujer y por conseguir mejores prestaciones para los montañeros fueron las notas que me convencieron para colaborar con Alberto en su proyecto.

El concepto ético en la montaña se engarza con el respeto al medio. ¿Percibe su desgaste por el incremento de la afluencia turística?

Los montañeros hemos sido siempre unos grandes defensores del medio ambiente ya que nuestro deporte se enmarca en plena naturaleza y somos muy conscientes de la importancia de preservar unos entornos maravillosos a la vez que muy vulnerables.

¿Hay que poner puertas al campo, restringir accesos en lugares vulnerables o masificados?

En determinados lugares hay que tener en cuenta, por un lado, que existen ciertas actividades para las que es preciso contar con unas capacidades técnicas mínimas, sin las cuales se pone en riesgo la propia integridad física y, por lo tanto, hay que advertir del peligro que supone su práctica por personas inexpertas. Es imprescindible la protección de los espacios por cuanto son ecosistemas muy frágiles y la masificación puede causar un grave deterioro en los mismos. Es muy conveniente insistir en la formación y educación cívica de las personas que visitan los entornos protegidos. Si se conoce las características de los espacios naturales, es mucho más fácil protegerlos.

En las Jornadas de Derecho y Montaña que se han celebrado esta semana en Jaca se ha entrado en el papel legal de los informadores turísticos de montaña. ¿Falta una regulación y una formación mayor?

Hemos debatido sobre su figura, su importancia y su papel en la prevención de accidentes. Es muy importante que la información de las condiciones de la montaña sea rigurosa y, para ello, los que se dedican a esta actividad han de tener una buena formación. También se ha dialogado acerca de la necesidad o no de una regulación de esta actividad. Estas jornadas son en la actualidad un verdadero referente del sector en toda España. La calidad de sus ponentes ha hecho que las intervenciones y ponencias de las distintas ediciones hayan pasado a ser referencia de consulta por numerosos profesionales tanto del derecho como de todas las actividades profesionales que se desarrollan en la montaña. Fiscales, magistrados, policías judiciales de todo el Estado español se han dado cita en Jaca estos días para un debate de alto nivel técnico y ello es un auténtico lujo.

¿Se podrían alinear en el mismo debate la proliferación de aplicaciones donde cualquier usuario puede hacer de guía virtual?

El mundo de la tecnología también ha significado, en la práctica del montañismo, un auténtico avance en cuanto a la seguridad en las salidas y la facilidad de orientación en situaciones complejas. En todo caso, siempre tenemos que procurar una solida formación y saber progresar, en ausencia de dichos apoyos tecnológicos, en el entorno al que nos dirigimos por cuanto hay que tener en cuenta que, en ocasiones, también la tecnología puede fallar.

"Entiendo que el servicio de rescate en montaña ha de ser una cuestión pública y no cobrar por el mismo salvo casos, habría que estudiarlo, de temeridad manifiesta y/o ausencia absoluta de la equipación mínima"

La mayor afluencia aumenta rescates e imprudencias. ¿Se acabará pagando por esos rescates?

En Aragón tenemos un servicio de rescates que está a la vanguardia de Europa. En Huesca es donde se producen más accidentes de montaña y, lógicamente, más rescates. Entiendo que el servicio de rescate en montaña ha de ser una cuestión pública y no cobrar por el mismo salvo casos, habría que estudiarlo, de temeridad manifiesta y/o ausencia absoluta de la equipación mínima en el rescatado.

La futura regulación del deporte español indica la necesidad de realizar una actividad con técnico, algo complejo en montaña.

Esta regulación se está produciendo en España con una casi absoluta descoordinación entre las distintas administraciones públicas de cada autonomía. Es este un aspecto puesto de manifiesto en todas las jornadas de derecho y montaña que hemos celebrado. Esta heterogeneidad causa muchos problemas a la hora de controlar las actividades y distorsiona también la oferta de actividades profesionales, por cuanto los requisitos para el ejercicio profesional de guías y actividades al aire libre varía de unas autonomías a otras y, no hay que olvidar, el Pirineo es destino preferente de las actividades de montaña en España.

"En la práctica de nuestra actividad es muy conveniente contar con un buen seguro que pueda cubrirnos la mayor parte de las contingencias que podamos sufrir"

Otro clásico, los seguros. ¿Obligatoriedad? ¿Unificación?

-- Siempre ha sido un tema de discusión acerca de su necesidad, coste, coberturas… Entiendo que en la práctica de nuestra actividad es muy conveniente contar con un buen seguro que pueda cubrirnos la mayor parte de las contingencias que podamos sufrir. Sería muy conveniente que los montañeros pudiéramos contar con una unidad de acción que nos permitiera una negociación única con las grandes compañías aseguradoras con el fin de conseguir mejores coberturas y precios. En todo caso, creo que sería muy conveniente que, en todas las federaciones autonómicas, en la negociación y contratación de todos estos servicios, la transparencia fuera máxima y que las ofertas y las condiciones de los seguros y sus contraprestaciones fueran de acceso público para cualquier federado.