La incertidumbre sigue gobernado el futuro más próximo del Peñas Huesca debido al brote de covid que sufre el equipo aragonés en sus filas tras, supuestamente, contagiarse los jugadores en un partido ante el Oviedo el pasado 10 de diciembre. Ese fue solo el comienzo de una rocambolesca historia que ha tenido varios polémicos capítulos y de la que todavía no se divisa el final.

«En el momento en que nos confirman tres positivos y cinco jugadores más con síntomas en el equipo asturiano nosotros paramos los entrenamientos y nos hicimos todos PCR», explica Sergio Lamúa, entrenador del Levitec. A pesar de resultar todas las pruebas negativas, algún jugador presentaba síntomas compatibles y decidieron informar de la situación a la Federación Española de Baloncesto. «Nuestra sorpresa vino cuando nos comunicaron que se suspendía el partido porque nosotros no lo habíamos pedido», afirma el técnico. 

Por protocolo, el miércoles, el equipo se volvió a someter a pruebas y los resultados volvieron a dar negativo, pero cinco tests resultaron no concluyentes. Y ya comenzó el lío. Al día siguiente, el Força Lleida se pone en contacto con la federación y solicita jugar el partido previsto para el viernes, aunque ya estaba oficialmente suspendido. «El viernes a mediodía nos comunican que al encuentro, si esas cinco pruebas resultan negativas, debemos viajar», señala Lamúa. Pasan las horas y los resultados no llegan y a las 18.30, la federación comunica que el partido se va a celebrar.

Es entonces cuando el Peñas muestra su malestar e indignación, ya no solo por tener que jugar, sino por el aviso a poco más de dos horas del inicio del choque. «No habíamos entrenado en toda la semana y no estábamos preparados ni físicamente ni mentalmente para el partido», aclara el técnico de los oscenses.

Lo que ocurrió ya es historia, viaje express del Peñas a Lérida y derrota abultada con los cinco jugadores con sospecha de covid sobre la cancha. «Para mí, el asunto pasó de ser un problema deportivo a un asunto de salud pública. Pusimos en riesgo a muchas familias, no se debería haber disputado ese partido», asegura Lamúa.

Y el tiempo ha dado la razón al Peñas ya que al menos uno de esos jugadores ha resultado positivo. Ese fue el primer caso, al que hace dos días se sumó otro jugador que también participó en el choque. Con lo cual, la situación actual del Peñas es que todos que viajaron a tierras catalanas se encuentran confinados y a la espera de nuevas pruebas, en las que se sospecha que puedan aparecer más contagiados. Además, el encuentro ante el Melilla, previsto para este miércoles, se ha aplazado para el día 11 de enero.

«El equipo lo está llevando bien porque no somos ajenos a lo que está pasando en la sociedad y a cualquier trabajador le puede pasar», comenta Lamúa. «Pero son fechas complicadas, muchos jugadores hace meses que no ven a sus familias y quieren pasar la Navidad con ellas», añade. Si no hay más novedades, los que den negativo podrán hacerlo y el Peñas retomará su actividad para preparar el primer enfrentamiento del año ante Estudiantes. 

Está siendo una temporada muy accidentada y complicada para el Peñas tanto en lo deportivo, colistas, como en lo económico, ya que el club ha mandado un SOS para intentar salvar la entidad. «Las llegadas de Xavi Rey y Javi García nos han dado un salto de calidad. Ahora debemos intentar salvar la categoría porque es algo que tanto la ciudad de Huesca como el club merece y necesita para que este proyecto siga siendo viable», afirma un Sergio Lamúa preparado para afrontar el reto.