Los montañeros en Aragón tienen motivos de celebración en 2022. El refuerzo de dos canales de información sobre el estado de los valles y las cumbres mejora la capacidad de previsión ante posibles avalanchas y peligros en las salidas invernales. El regreso de los boletines de aludes de A Lurte y la apertura de la Oficina de la Montaña en Jaca suministran datos actualizados para amplificar la seguridad que hay que extremar ante las condiciones de frío, viento, nieve y hielo.

Desde el pasado 22 de diciembre vuelve un clásico al que se echaba de menos. Los boletines de peligro de aludes de A Lurte acompañaban desde 2013 la planificación de las aventuras de los visitantes al Pirineo aragonés más blanco. La pandemia paralizó un servicio que se focaliza en el Valle del Aragón, gracias al trabajo realizado por los técnicos, guías de alta montaña y nivólogos con sus continuas «salidas de campo. Las condiciones varían según muchos parámetros: la meteorología, la pendiente, orientación, el tipo de nieve, el viento... Hay que conocerlos y verlos in situ. Por eso realizamos salidas y recopilamos información gracias a una red de asiduos que nos indican cómo está cada zona», declara Iván González, geólogo y técnico en aludes que dirige esta temporada el centro.

Cada lunes, miércoles y viernes, sobre las 19.00 horas, se emite un boletín que queda registrado en su página web y en sus enlaces de Facebook e Instagram. Otro método de difusión es la suscripción por correo electrónico. A Lurte no realiza asesoramiento telefónico, pero sí mantiene un espacio físico abierto en Canfranc con un centro de interpretación de peligros en montaña y una completa biblioteca especializada para uso de cualquiera. Este es visitable contactando con la oficina de turismo y se ha ampliado con registros históricos de avalanchas desde 1915 y dos nuevos audiovisuales con pantallas táctiles que profundizan sobre las protecciones de canalizaciones y parapetos para evitar la precipitación de aludes tras la construcción de la Estación Internacional.

No es este el único cometido de A Lurte (alud en aragonés). Desde el centro se impulsa la formación gracias al convenio de colaboración firmado con ACNA (Asociación Conocimiento de Nieve y Aludes), cuyo profesorado adscrito es habitual del aula de su sede. «Desde el año pasado tenemos un convenio con ACNA para desarrollar formaciones cursos y jornadas abiertas sobre la nieve», indica Inés Veintemilla, concejala de Deporte y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Canfranc. Esta institución impulsó este centro que se mantiene gracias al respaldo de Diputación Provincial de Huesca y la Comarca de La Jacetania.

En todas las cordilleras

Cerca, en la Plaza de Elche en Jaca, queda la Oficina de Información de la Montaña de FEDME. Abierta en verano en colaboración con el Ayuntamiento de Jaca, esta es su primera temporada de nieve. Desde su completa web, inaugurada en octubre, es posible consultar los distintos partes de aludes que se realizan en España o el Pirineo francés, las previsiones meteorológicas de Aemet en cada cordillera, ver en directo las cámaras colocadas en refugios u otros puntos de altura, leer artículos de especialistas actualizados o la normativa y reglamentación vigente. Todo por y para la seguridad del montañero de toda España.

«Es verdad que en este tiempo se incrementa la atención telefónica que pide información sobre las condiciones del terreno, de la nieve. La sensación es que es gente más experta que la que atendíamos en verano, que no quiere información sobre actividades, sino que ya la tiene pensada. Con la consulta presencial puedes interactuar y adaptar la información mejor al nivel de cada usuario», indica Iñigo Ayllón, responsable de la Oficina de la Montaña. Atienden en el teléfono 974 058 299.

Él y sus dos compañeros del centro recopilan y generan información en sus salidas al monte, no solo sobre el riesgo de aludes, también sobre la condición de los accesos, detalles sobre trayectos, el tiempo... «Y contamos con voluntarios que nos envían información de distintas cordilleras de toda España», subraya Ayllón. El conocimiento del medio se refuerza con los cursos que se imparten desde la Escuela Española de Alta Montaña.

La mayor afluencia a la montaña que se viene experimentando en los últimos años se reduce en el invierno por la crudeza de la naturaleza e inaccesibilidad, aunque esta tendencia también es cambiante y visible, por ejemplo, en el cierre del aparcamiento de la pradera de Ordesa visto en las últimas fechas. «Recibimos muchas notificaciones sobre Ordesa. La gente está perdiendo el miedo», indica Ayllón.

En este sentido, los coordinadores de ambos centros intensifican la importancia de salir con precaución, tener experiencia y materiales técnicos adecuados. «Y no adentrarse en niveles complejos. Saber esperar o renunciar si no se está seguro y llevar el material requerido», añade Iván González, de A Lurte. Añadir a la mochila la baliza DVA (detector de víctimas de avalancha), una sonda y una pala es casi obligado hasta que el deshielo llegue y haga desaparecer el riesgo de avalanchas, que este fin de semana es moderado y ha aumentado tras las últimas nevadas.

Las imprudencias o el desconocimiento suelen ser el motor de los accidentes, de menor número que en verano, pero de mayor peligrosidad. La proliferación de esquiadores fuera de pista o de travesía sin experiencia incrementa la prudencia de acometer algún curso de formación para estar iniciado ante los posibles riesgos. «El boom actual del esquí de montaña hace que mucha gente sin técnica suficiente o sin condición física se aventure en una práctica que hay que conocer bien tras muchas horas de pista en una estación», apunta Iñigo Ayllón.