Pese al varapalo, las sonrisas ya empezaban a asomar entre los integrantes de la selección española de balonmano al recibir este domingo la medalla de plata en el podio del Europeo en Budapest. El desenlace de la final fue cruel (27-26). El título se escapó de las manos de los Hispanos con un lanzamiento de siete metros con el tiempo cumplido tras haber desperdiciado la última posesión para ganar el oro. La moneda cayó del lado sueco, pero el botín español no fue tanto el metal como la confirmación de que, en pleno relevo generacional, la selección de Jordi Ribera sigue siendo un bloque de garantías.

España aspiraba a enlazar su tercer Europeo consecutivo tras los logrados en 2018 ante su rival de anoche y en 2020 en Estocolmo. Esa tercera corona le habría igualado a la legendaria Suecia del cambio de siglo, pero la actuación generación, liderada por el MVP del torneo, Jim Gottfridsson, y el MVP de la final, el portero Andreas Palicka, defendió su propia leyenda y rompió dos décadas de sequía. 

Bronce para Dinamarca

Esa travesía por el desierto de Suecia (como la final de consolación, en la que la campeona del mundo, Dinamarca, derrotó a la campeona olímpica, Francia) da más valor a la plata de España. Cuatro finales consecutivas en Europeos acumulan los Hispanos, que a esta cita de Eslovaquia y Hungría acudieron ya sin Raúl Entrerríos, Viran Morros, Julen Aguinagalde, los lesionados hermanos Dujshebaev... Pero los que ya estaban en 'la familia', como la llama Gonzalo Pérez de Vargas, y los que se incorporaban en este torneo no solo mantuvieron a España en la élite, sino que acariciaron el oro.

Ni Suecia ni España lograron despegar en el marcador en toda la final. Nadie tuvo más de dos goles de ventaja durante los 60 minutos (12-13 al descanso). Una gran defensa llegó a tener a Suecia siete minutos sin marcar, pero Palicka también mantuvo a raya a los Hispanos.

Los magistrales pases de Joan Cañellas, clarividente para ver los desmarques a la espalda de la defensa sueca, la solvencia de Aleix Gómez y el partidazo de Ángel Fernández y de un Ian Tarrafeta que no parecía debutar impulsaron a una España que sacó poco provecho de las superioridades.

A cara o cruz

A tres minutos del final, España se veía dos abajo, pero los goles de Adrià Figueras y Cañellas, un paradón de Pérez de Vargas y un blocaje de la defensa le dejaron con el marcador igualado y la última posesión. Los Hispanos tenían el balón del oro y la prórroga prácticamente asegurada, pero lo gestionó mal. 

Cañellas lanzó rápido por miedo al pasivo siendo objeto de una falta que no se señaló, y cometió el penalti en el último segundo. Niclas Ekberg no falló. Los Hispanos se colgaron una plata que el jugador vallesano, decisivo para alcanzar la final, recibió con más tristeza que nadie.

Suecia, 27 - España, 26

SUECIA: Palicka (1); Chrintz (1), Lagergren (1), Bergendahl (5), Carlsbogard (2), Gottfridsson (3) y Wanne (4) -equipo inicial-, Thulin (ps), Darj (1), Ekberg (5, 4p), Daniel Pettersson (2), Fredric Pettesson (-), Claar (2), Pellas (-), Persson (-) y Wallinius (-)

ESPAÑA: Corrales; Aleix Gómez (6, 4p), Maqueda (1), Sarmiento (-), Casado (1), Ángel Fernández (4) y Figueras (6) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Gurbindo (-), Peciña (-), Cañellas (1), Ariño (-), Gedeón Guardiola (2), Tarrafeta (5), Sánchez-Migallón (-) y Odriozola (-).

Marcador cada 5 minutos: 0-2 2-1, 5-3, 6-6, 9-7, 11-10 y 12-13 (descanso); 15-16, 18-18, 21-21, 23-22, 26-24 y 27-26 (final).