No llega en su mejor momento el CV Teruel a una de las citas más esperadas de la temporada, la Copa del Rey, pero los aragoneses debutan este viernes en su competición fetiche con ganas de mostrar su mejor cara y pelear por llevarse un título que han conseguido levantar en seis de las últimas once ediciones. El primer paso para logarlo lo deben dar en el encuentro de cuartos de final frente al Manacor (13.30 horas). Y, aunque no parten como favoritos, desde el club turolense son ambiciosos. 

«Respetamos mucho a todos nuestros rivales, pero no tenemos miedo a ninguno», asegura Carlos Ranera, el presidente de los turolenses. «Podremos ganar o perder, pero estoy seguro de que vamos a competir muy bien», añade. La buena noticia para el técnico, Miguel Rivera, es que tras un inicio de año accidentado con muchas bajas por lesiones y por casos de coronavirus todos los integrantes de la plantilla estarán disponibles para el entrenador, aunque algunos de ellos llegan entre algodones, como son los casos de Ereu y Kobzev.

La expedición turolense llegó este jueves a Las Palmas de Gran Canaria, sede de la Copa este año, por lo que no ha dispuesto de demasiado tiempo de aclimatación. Sin posibilidad de realizar un entrenamiento completo, el equipo ha hecho por la tarde unos ejercicios de estiramientos y una sesión de vídeo para preparar el choque ante los baleares, que son sextos en la competición doméstica, un punto por encima de los aragoneses. Eso sí, en el precedente más inmediato, en el mes de diciembre, los turolenses batieron al conjunto isleño por 3-1 en el partido correspondiente a la primera vuelta de la Superliga celebrado en Los Planos. «Son un equipo muy fuerte y agresivo, sobre todo en el saque, por lo que será clave nuestra recepción. Además tenemos que ser intensos en el bloqueo y buscar ventajas para poder hacer ataques rápidos», analiza Ranera.

Un torneo especial

La irregularidad ha marcado la temporada, hasta el momento, del CV Teruel. No en vano, los aragoneses llegan a la Copa habiendo perdido sus tres últimos encuentros. «Es una oportunidad magnífica para nosotros. Cuando llegas a una cita de estas características muchas cosas se quedan en el armario. Pueden más las ganas y la ilusión, y las dinámicas y los dolores se quedan metidos en un paréntesis», afirma el presidente. 

En caso de superar el primer envite, el sábado el Teruel se enfrentaría al ganador del duelo entre el CV Melilla y el Río Duero Soria. Y en caso de llegar a la final, la lógica indica que se mediría al Guaguas o al Unicaja Almería. «Para ganar la Copa tienes que hacer tres partidos perfectos. Es una competición muy dura porque no existe el margen de error y los fallos te penalizan mucho», analiza Ranera, que, sin embargo, muestra plena confianza en su equipo: «Si nosotros estamos bien, creo que no somos inferiores a nadie».

Para conquistar su séptima Copa del Rey, el CV Teruel deberá aumentar las prestaciones mostradas hasta ahora. La gran eliminatoria europea ante Panathinaikos, a pesar de la eliminación, o la reciente victoria ante el Guaguas deben ser el espejo en el que mirarse para que los aragoneses se pongan el traje de las grandes ocasiones, que solo ha podido mostrar este año a cuentagotas. Experiencia y oficio les sobra.