Las portadas de los principales diarios generalistas de Reino Unido ni siquiera reflejaban este miércoles la eliminación del Manchester United de la Champions, a manos del Atlético de Madrid. Ni una sola referencia en primera plana entre The Times, The Guardian, The Independent y The Daily Telegraph. Un desprecio informativo que es consecuencia de una dura realidad para el equipo más laureado de Inglaterra: que caiga en octavos de la Champions hace tiempo que dejó de ser noticia.

Fuera ya también de Europa, el Manchester United se encamina de nuevo y ya sin remedio a un nuevo año en blanco. En la Premier League es quinto, a 20 puntos de su vecino City con tan solo nueve jornadas por disputarse, mientras que en las dos copas locales se quedó enseguida fuera de juego: superó una sola ronda en la FA Cup y quedó eliminado en la Copa de la Liga en su estreno en la competición.

Cinco temporadas

Serán, en fin, cinco temporadas consecutivas sin que los Red Devils levanten un solo título. Una sequía inédita en los tiempos modernos, pues hay que remontarse 40 años para encontrar una mala racha similar, entre 1977 y 1982. Para poner en contexto el dato, en las 24 temporadas transcurridas entre 1990 y 2014, el Manchester United ganó al menos un título en 22 de ellas y en nueve logró al menos un doblete.

El último título ganado por el United data del 24 de mayo de 2017, cuando derrotó al Ajax en Solna para ganar su primera y de momento única Europa League. De los once futbolistas que alineó José Mourinho aquella noche, solo tres continúan en nómina del club: Marcus Rashford, Juan Mata y Paul Pogba. Y los dos últimos tienen bastantes papeletas para abandonar Old Trafford el próximo 30 de junio. Por descontado, el portugués abandonó el banquillo hace ya tiempo.

Cuarto más rico

Esta regresión futbolística está provocando también una pérdida del estatus económico del club mancuniano entre los clubes más ricos del universo. Alcanzó el número uno de ese ranking en 2016, tras disparar sus ingresos anuales hasta los 689 millones de euros anuales y mantuvo el liderazgo en 2017, pero a partir de entonces empezó a perder músculo, cayendo hasta la cuarta plaza (por detrás de Barça, Madrid y Bayern) en 2020, según el último informe publicado por la consultoría Deloitte.

No hay una sola causa que por sí sola valga para explicar esta pérdida de competitividad del gigante inglés, pues confluyen factores tanto internos como externos que han provocado que el liderazgo que ejerció sobre la Premier durante dos décadas se haya difuminado por completo, apenas cuatro participaciones en Champions en las ocho últimas temporadas.

La línea temporal en la propia Premier deja claro que la marcha de Alex Ferguson ha sido un factor totalmente determinante. El técnico escocés mantuvo una línea de éxito durante sus más de dos décadas en el banquillo de Old Trafford que ninguno de sus sucesores ha logrado. De hecho, con Ferguson al frente el United siempre quedó entre los tres primeros en la 'era Premier' (desde 1992) y en los siete años posteriores ha quedado en cuatro ocasiones por debajo de la tercera plaza. Y parece que este temporada volverá a hacerlo.

La incapacidad del United para encontrar un entrenador duradero y con un modelo definido ha sido el principal hándicap de esta década post Ferguson. Del tradicionalismo de David Moyes se pasó a la escuela neerlandesa de Louis Van Gaal, de ahí a la solidez defensiva de José Mourinho y posteriormente a una figura como Ole Gunnar Solskjaer, que destacaba fundamentalmente por su carisma previo como leyenda de Old Trafford.

Ahora, el equipo está en manos de Ralf Rangnick, en un nuevo giro que pretende colocar al United en la moda exitosa de la escuela alemana que representan Jürgen Klopp, Thomas Tuchel, Hansi Flick y Julian Nagelsmann, entre otros. La idea es que el actual entrenador lo sea solo de manera interina hasta final de curso y después pase a trabajar en los despachos, donde ha brillado en la factoría Red Bull, si bien la dinámica del equipo en las últimas semanas no permite descartar un final de etapa más prematuro.

Despilfarro

A los vaivenes en la elección de los diferentes entrenadores hay que sumar también los numerosos y continuos desatinos en el mercado de fichajes. En líneas generales, el Manchester United ha fichado muy caro y bastante mal en estos últimos cursos. Como paradigma, la contratación de Paul Pogba en 2017 por 105 millones de euros: el francés ya había estado en el club, se había marchado gratis y a su regreso ha sido incapaz de igualar el nivel mostrado en la Juventus.

Romelu Lukaku (85 millones en 2018), Fred (59 en 2019), Harry Maguire (87 en 2019), Aaron Wan Bissaka (55 en 2019), Donny Van de Beek (39 en 2020), Jadon Sancho (85 en 2021) y Raphael Varane (40 en 2021) son otros grandes ejemplos de jugadores a los que el United no ha conseguido extraer un rendimiento mínimamente similar al que ofrecían en sus clubes de origen.

En este último lustro, quizá el único gran fichaje que ha superado las expectativas previas es el de Bruno Fernandes (63 millones en enero de 2020). Por el camino, unos 750 millones de euros de inversión en fichajes (alrededor de 530 si se descuentan los ingresos por ventas) que no solo han mejorado al equipo, sino que lo han empeorado.

El factor Ronaldo

El último intento de reimpulsar al equipo fue la contratación en verano de Cristiano Ronaldo, por unos 15 millones. Pero el portugués, 37 años ya, ha dejado de ser el goleador voraz que era. Suma 18 goles este curso, pero su promedio anotador (0,56 por partido) es el menor de su carrera precisamente desde 2009, el último año de su primera etapa en Old Trafford.

A todos estos condicionantes internos hay que sumar la consolidación del proyecto ganador del City desde la llegada de Pep Guardiola, el impulso que le ha dado Jürgen Klopp al Liverpool, los picos ganadores del Chelsea y hasta los buenos años de Mauricio Pochettino en el Tottenham.

El actual entrenador del PSG es, precisamente, el principal favorito a tomar las riendas del Manchester United la próxima temporada, un banquillo ya convertido en trituradora. El reto, suyo o de quien sea el entrenador, será devolver la grandeza a un club que ha sepultado casi toda la que tuvo. No lo tendrá fácil.