Argentina vapuleó a Venezuela en el anteúltimo partido de las eliminatorias sudamericanas en el que no había nada en juego porque los albicelestes ya están clasificados para el Mundial que se disputará en noviembre. Fueron tres goles y pudieron ser más. La nota la dio de modo doble Leo Messi. No solo porque descolló y anotó su diana 81 con el seleccionado. Al terminar el partido arrojó una bomba. "Después del Mundial me voy a tener que replantear muchas cosas, según vaya bien o mal. Esperemos que nos vaya de la mejor manera, pero seguramente después del Mundial cambien muchas cosas". Las palabras generaron intriga de inmediato. ¿Hablaba de su despedida del equipo nacional o del PSG, donde ha quedado señalado como uno de los responsables del fracaso del equipo en la Champions?

Por lo pronto, Messi disputó el último partido en Argentina antes del Mundial y fue, junto con Rodrigo de Paul, el jugador del Atlético de Madrid, figura absoluta. "La noche en que Messi devolvió el precio de la entrada con su versión genialmente amateur”, dijo el diario La Nación. El martes, Argentina juega en Quito ante Ecuador, que también tiene su boleto asegurado a Qatar. "Pienso en lo que viene, que es cerquita, los partidos que tenemos de preparación, en junio, septiembre, octubre", dijo al finalizar el encuentro en el estadio de Boca Juniors.

La Pulga encontró un momento para fundirse en un abrazo con José Pekerman. El actual entrenador venezolano dirigía el seleccionado argentino en 2005, y fue el responsable directo de su convocatoria para vestir la camiseta celeste y blanca de los mayores aquel 17 de agosto frente a Hungría en Budapest. Messi estuvo en el terreno apenas segundos. Fue expulsado por haberle propinado un manotazo en el rostro a Vilmos Vanczák. Lionel Scaloni resultó ser uno de los jugadores que se acercó a Messi para consolarlo. Hoy es el míster de Argentina.

Alegría compartida

."Vení, vení, cantá conmigo que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Leo Messi todos la vuelta vamos a dar". Así lo despidieron desde todas las gradas al ex Barcelona. El capitán no quiso ser menos y se sumó a los hinchas en ese canto. “"La verdad, no esperábamos menos de esta gente, después de estos últimos tiempos que veníamos pasando, la unión que hay entre el público argentino y esta selección... Es un día muy lindo para disfrutar y lo hicimos".

El periodista de la Televisión Pública le comentó que lo veía muy feliz en Buenos Aires. "Hace tiempo que soy feliz acá, desde antes de ganar la Copa (América), es un grupo maravilloso, la gente me quiere mucho y cada vez me lo demuestra más. Soy un agradecido, fluye todo natural, ganar ayuda a que todo sea más lindo y más fácil". El énfasis con el que habló de su demorado idilio con los argentinos no hizo más que recordar a algunos medios su presente parisino.

"A los 34 años, el 10 está encendido con el objetivo de cumplir otro sueño futbolístico de su vida: ya levantó la copa continental y, ¿podrá tener la del mundo, que no es nada sencillo? Leo estuvo en Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018, y espera levantar la que no pudo en el 2014", dijo el diario deportivo Olé.

Todavía restan ocho meses por delante antes del inicio de la Copa del Mundo. Por ahora, Argentina tiene pocos compromisos de cara a noviembre: un partido contra Italia, que acaba de ser eliminada por Macedonia del Norte, y el choque con Brasil, en Wembley, que había sido suspendido el año pasado en medio de la escandalosa invasión del campo de juego de las autoridades sanitarias brasileñas.