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LA MONTAÑA EN ARAGÓN

Por los cielos de Treserols

La subida al Mondoto desde Nerín regala unas hipnóticas panorámicas del macizo de Monte Pérdido y el abismo de Añisclo en una excursión circular pasando Cuello Arenas

La compañía del Cilindro, Monte Perdido y Añísclo, es decir, Treserols hace de esta excursión un paseo inolvidable por la grandeza del Pirineo.

La compañía del Cilindro, Monte Perdido y Añísclo, es decir, Treserols hace de esta excursión un paseo inolvidable por la grandeza del Pirineo. / SERGIO RUIZ ANTORÁN

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Nerín

Esta excursión comienza en un lugar conocido. Su casa. Antes de salir debería seguir los siguientes e imprescindibles pasos de prevención montañera. Planificar la ruta más allá de este texto sobre un mapa de papel, tela o pantalla. Documentarse con detalle. Verificar la meteorología, porque si hace malo se pierde la magia del viaje y aumenta la complejidad. Llenar la mochila de buena ropa de abrigo y de repuesto, un botiquín completo, gafas y crema solar, comida ligera pero que sobre, cantidad de agua y el material indispensable según el momento, incluyendo raquetas y/o crampones, más bastones y hasta un piolet, que nunca sobra. El calzado, montañero, siempre.

Dispuestos en la prudencia, sin ser una aventura irrealizable, nunca viene de más recordar las reglas básicas de la alta montaña: planifica, equípate y actúa. Si va solo, avise dónde va y lleve bien de batería y de repuesto en su teléfono.

Hecho todo esto y hasta más, hay que llegar como cada uno pueda a Nerín, pueblo incrustado en el Ballibió, en Sobrarbe. Famoso en verano por ser salida del autobús que parte a los Miradores de Ordesa, en invierno tiene pocos visitantes, lo que se agradece, menos el coqueto hotel que luce en su entrada.

Esta vez no llegaremos tan lejos como para ver el Arazas y el Circo de Soaso desde lo alto, aunque es viable, pero una kilometrada maja aconsejada solo para buenos andarines. Al pueblo se accede por la misma lamentable carretera, en un extremo con acceso desde Sarvisé y Fanlo y desde el otro por Escalona y Buerba, dado que el acceso por el Cañón de Añisclo está ahora cerrado.

Saludo carroñero

El primer objeto de la caminata será hollar el Mondoto, insigne vigilante de Treserols y otras maravillas. Ataquemos la subida por la misma pista por la que accede el autobús de los Miradores, aunque hay hitos para tomar algún confuso sendero caprino hasta conectar con la iglesieta de Santa María, o los restos de esta ermita románica. Cerca se puede reponer agua, en el aliviadero de un depósito, y queda la barrera de la pista.

Tirar aquí por la derecha, siguiendo la indicación, los hitos y los puntos de color, por media ladera del lugar de Capazetas para abordar el barranco de Vallatar. Se divisa al fondo el perfil de Peña Montañesa y los paredones de Sestrales. El desnivel es llevadero, de unos 600 metros en total hasta la cima. Se atraviesa el irregular caudal por una zona que fue arrasada por un incendio en 2017.

La sorpresa amanece al alcanzar la planicie y retomar el resuello. Asoman curiosas primero las Tres Marías rematando la Sierra d’as Zucas. Y lo que queda, por eso es obligado hacer este paseo en día de buena visibilidad.

Al alcanzar un cartel informativo se desvía hacia la derecha para ir directos hacia el Mondoto (1.957 metros), con crampones si hay hielo. La altitud no es el tesoro de esta cota. Es contemplar el abismo de Añisclo, la charla de grandeza con Sestrales, Castiello Mayor y hasta Cotiella. Al sur, las sierras prepirenaicas, incluida Guara. Lo mejor queda al norte: Treserols, Punta d’as Solas, Collata la Valle… las cumbres de Ordesa. Para quedarse hipnotizado mientras curiosos o hambrientos buitres vienen a saludar.

Retomar la marcha deshaciendo los pasos hasta el cartel metálico. Aquí recuperar la dirección por la Plana Basa bajo la Punta de Estiba. El paseo es cómodo y llano entrando en los límites del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El trayecto gira al noroeste nada más cruzar el barranco de Espluguetas, que se precipita al vacío escarbado por el Bellós, y pasar junto a la fuente de la Faixa. Otro barranco, el de Cadiello, acrecienta la curva bajo el Tozal del Guardia para tomar ya paralelo la apertura que sube desde la llamada Ripareta.

El camino sigue sereno por el paraje de Ripales hasta Cuello Arenas. Nos recibe la Casa del Puerto, cerrada ahora hasta la llegada del buen tiempo, los pastores de la denostada extensiva y los rebaños, de vacas o de turistas. En este punto parten hacia otros destinos exploraciones más prolongadas: Cuello Gordo camino del Refugio de Góriz por Sierra Custodia, ascensión al Mondicieto y la pista de los famosos Miradores de As Cutas.

Empieza el descenso por esa misma pista. Aunque pronto se evita por un sendero directo al puente eludiendo varias lazadas. Es posible bajar de forma directa a Nerín por esa pista o la senda que la recorta, pero esta recomendación alarga el recorrido. Poco después del puente se distingue por unos hitos el inicio del conocido Camino del Puerto, junto al barranco de Candaruelo. Tomar esta vía, aunque al principio no dé mucha confianza al atravesar una pedrera con algún desprendimiento reciente. Nada peligroso. Pronto se encuentra una indicación que manda a Fanlo, visible abajo, pasando por Cuello Escarrón frente al espolón Basarán.

Entre un bosque de boj y pino, la rápida bajada se hace en un ajetreado zigzagueo que finaliza en la carretera justo enfrente del despoblado de Buisán, donde se ha recuperado alguna casa. Seguir aquí los trazos de la GR-15 hacia Nerín, primero por el asfalto y luego, en un sube y baja de unos tres kilómetros, y tras bordear varios barrancos, alcanzar el pueblo y dar por cerrada una jornada por los cielos.

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