El Periódico de Aragón

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LA MONTAÑA EN ARAGÓN

El reflejo del Kilimanjaro

Arturo Carvajal y Ángel Antolín ascenderán en junio la cúspide de África para normalizar el deporte con diabetes

Arturo Carvajal.

Ser referente. Alcanzar cotas personales no como exhibición narcisista sino como inspiración y guía para los que avanzan por detrás. Algo tan montañero. Esa es la motivación de la difusión de retos de colectivos hasta ahora arrinconados, silenciados. Más que una misión de superación es de normalización, pedagógica, enseñar que se puede. «Me hubiera gustado conocer a alguien como yo hace diez años para quitarme muchas dudas de la cabeza».

Habla Ángel Antolín como podría hacerlo Arturo Carvajal. Ambos, diabéticos, uno de Monroyo (Teruel) y otro de Barbastro (Huesca), esta vez hacen confluir su sendero vital. En junio subirán al Kilimanjaro, cúspide de África (5.895 metros), para enseñar que la diabetes y el deporte de montaña no son incompatibles. «El objetivo es promover el deporte para superarnos en cualquier momento de la vida, tengamos una patología o no, porque al final todos tenemos una mochila o un Kilimanjaro que ascender», declara Arturo. 

Su historia fue contada en este periódico recientemente. En 2019 se le detectó la enfermedad cuya asimilación ha ido narrando desde su cuenta de Instagram Diabetes de altura. A esta divulgación ha añadido aventuras inspiradoras como completar en cinco días más de 332 kilómetros y casi 10.000 metros de desnivel a pie o en bici o correr dos ultra trails el verano pasado. 

El perfil de Ángel es distinto. Corredor de montaña y asfalto, «debutó», como él dice, con veinte meses en la diabetes. Corre desde los 18 años, cuando se fue a estudiar a Barcelona. Forma parte del Matarraña Team y del TeamOne, club deportivo que formaliza esta patología. Con ellos empezó a hacer retos como recorrer a relevos en un circuito la distancia que hay entre Bilbao y Tarifa en menos de 24 horas. «Utilizaba el deporte para controlar la diabetes. Ahora ya no. En este tiempo ha evolucionado mucho la tecnología de la insulina o los aparatos de medición. Antes tenía una dieta de ‘top model’, ahora como saludablemente como todos», afirma Ángel.

Cada 14 de noviembre

En su currículum hay largas carreras por etapas, 10k, maratones urbanas, ultras en Pirineos o Guara... y la Ruta por la Dignidad Rural, marcha reivindicativa de 240 kilómetros ante el abandono de la España Vaciada. «Cada 14 de noviembre para celebrar el Día de la Diabetes hago algo en mi pueblo. Hace dos años di la vuelta al término municipal, que son 58 kilómetros, y el pasado batí un récord de velocidad local». ¿El siguiente? Hacer 78 kilómetros por caminos del Matarraña.

Ambos se conocen de redes y tuvieron un breve contacto en Benasque. Ahora compartirán cordada tras recibir la llamada de Susana Ruiz, otra diabética activa. Tras la Xperiencia Kilimanjaro está la Asociación El poder del chándal y Traïnsplan. «Vamos tres diabéticos, un gran quemado, varios trasplantados y personas con actitud sedentaria que están siguiendo una preparación física y nutricional especial», indica Arturo Carvajal.

La expedición partirá para Tanzania el 3 de junio. «Estaremos doce días. Subir y bajar al Kilimanjaro son cinco. Habrá una adaptación en altura a 4.500. El último se sale de noche para hacer cima al amanecer y se espera que alcancemos los quince bajo cero», describe el altoaragonés.

Ángel Antolín. SERVICIO ESPECIAL

La altura y el frío suponen una incertidumbre por su enfermedad. «No sabes cómo va a reaccionar el cuerpo a una situación tan extrema o si los aparatos de medición funcionarán bien», afirma Arturo. No obstante, van con un equipo médico y una endocrina que les da una mayor calma. Además, en mayo irán al Mulhacén a hacer una adaptación, aunque ellos se juntarán en el Pirineo cuando la nieve se vaya. «Arturo está más acostumbrado a la montaña. Aquí en Teruel no tenemos más altura de 1.800», añade Ángel. «Incrementaremos el nivel de los entrenamientos en primavera. Se trata de sumar desniveles, resistencia, y hacer dobles jornadas en un solo día para adaptar el cuerpo a las variantes que nos podemos encontrar en Tanzania», insiste el barbastrense.

El viaje no se queda ahí y engloba un contexto solidario en la ciudad de Moshi. «Los que somos sanitarios echaremos una mano en el hospital y, los que no, ayudarán en la construcción de un espacio para que se queden los alumnos en un colegio», agrega Arturo, que es fisio. A eso se añade una revisión médica a los porteadores y la donación de recursos sanitarios para lo que piden «colaboración de empresas que quieran participar».

A su vuelta Arturo Carvajal afrontará un segundo límite, finalizar los 105 kilómetros de la Gran Trail Aneto Posets. «Un reto me ayudará al otro. La Gran Trail me da mucho respeto porque son muchas horas de actividad, deb tener los niveles controlados y mente fría para no pasarme de esfuerzo». Se está entrenando con Néstor Arilla e irá acompañado de su amigo Alberto. Y de los consejos del maratoniano Ángel Antolín. Un espejo con doble cara, donde reflejan su realidad a los que vienen. 

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