El Casademont Zaragoza recibe este miércoles al Monbus Obradoiro a las 21.30 horas en un encuentro que es decisivo para sus intereses. En caso de derrota se le complicará la vida tremendamente y dejará la salvación como una empresa complejísima. El choque no será decisivo porque todavía restarán seis jornadas pero sí que podría ser una bocanada de aire fresco para el equipo de Dragan Sakota en caso de triunfo. Si gana y además lo hace por seis o más puntos recuperará el basket-average y saldrá del puesto de descenso que ahora ocupa. En la ida, el Obradoiro, que suma nueve triunfos, uno más que los aragoneses, se impuso por 87-82. El partido corresponde a la jornada 19, aplazada por el covid en su día.
Durante una temporada deportiva los equipos juegan partidos importantes en determinados momentos que se suelen calificar en función de su trascendencia futura. Para el conjunto aragonés los adjetivos parecen sobrar en esta ocasión porque el enfrentamiento con los gallegos es, simple pero contundentemente, el partido. El Casademont suma siete derrotas consecutivas, su peor racha en su historia en la ACB, y está en descenso a una victoria de su próximo rival. Está obligado a la victoria si quiere seguir vivo en la pelea por la permanencia, que se le pondría todavía más cara si son los gallegos los que se hacen con el triunfo, circunstancia que les permitiría poner dos de ventaja y acercarse a la salvación. La victoria del Betis ante el Valencia hace el encuentro todavía más decisivo.
El problema para el conjunto aragonés es que acude a este choque en el peor momento de la temporada y sin demostrar capacidad de reacción. La llegada del veterano técnico serbio Dragan Sakota ha mejorado algunas cosas pero no le ha dado capacidad de victoria ya que todos los partidos se le hacen demasiado largos. Para ganar el conjunto rojillo tendrá que mejorar en todos los aspectos porque así lo dicen unas estadísticas que son desfavorables en todos los apartados con su rival.
Acumula siete jornadas consecutivas perdiendo y ni siquiera la contratación de un nuevo entrenador ni el fichaje de Sean Kilpatrick, un exNBA, y de Christian Mekowulu han conseguido cambiar la dinámica. Especialmente llamativa es la contratación del primero, que llegó después de un tiempo parado y que no está aportando nada al equipo como demuestra que su media de puntos en los tres partidos que ha disputado es de 3,3, con 0 de 8 de acierto en triples y 3 de 11 en tiros de dos siendo su valoración de -2.3.
El segundo, en su debut en la derrota ante el Betis este pasado fin de semana, sumó 11 puntos, capturó 3 rebotes y logró 8 créditos de valoración en los casi 19 minutos que jugó aportando una energía bajo los aros que faltaba. Este encuentro vivirá el debut del base Frankie Ferrari, tercer fichaje en las últimas jornadas y que llegó el pasado fin de semana por lo que apenas ha tenido tiempo de adaptación. Sin embargo, él mismo afirmó estar «listo».
