Al colectivo arbitral se le conoce la voz con un griterío al fondo. Siempre en medio de algún apercibimiento o decisión en el campo que viene acompañada de una respuesta del campo. Pero la Copa del Rey, ya desde hace varias ediciones, permite naturalizar a los colegiados. Los sienta para que comparezcan ante los medios, como han hecho en la previa a la final del sábado el canario Hernández Hernández, árbitro principal de la contienda, y De Burgos Bengoetxea, el encargado del VAR. 

“Llevamos varios años haciendo entrevistas. Lo hacemos encantados, pero no buscamos el protagonismo. Nos gusta hacerlo desde el segundo plano”, ha confesado Hernández Hernández, artífice de un discurso sincero en el que se expresó disconformidad con el trato que reciben generalmente. 

“Hay veces que se convierten aciertos en errores. Eso es algo que deberíamos hacernos mirar. Puedo entender que se nos caiga la gente encima si fallamos, pero que acertemos y que eso se vuelva un error por los protagonistas daña la credibilidad del fútbol”, explicaba en una rueda de prensa en la que se le recordó, precisamente, alguna equivocación. Como la que cometió hace 12 años un árbitro que lleva ya 28 en ejercicio: pitó un fuera de juego en un saque de banda de un Ponferradina 1 - Betis 1. 

“He crecido. Siempre encontramos errores y también hay aciertos. Debemos quedarnos con el balance positivo. Yo me siento respetado por las personas de ambos equipos (Betis y Valencia). Toda mi carrera he querido pitar un partido así”, ha defendido el colegiado internacional que dirigirá su primera final. El canario, de 39 años, ha dirigido partidos de Champions, Europa League y Conference League, así como la vuelta de la Supercopa. 

En el balance para Betis y Valencia, equilibrio. Ha dirigido en 23 ocasiones al conjunto che (22 en Primera y una Copa) con un balance de siete victorias, siete empates y nueve derrotas. Al equipo verdiblanco, en 26 partidos (20 en Primera, cuatro en Segunda y dos en Copa) con ocho triunfos béticos, siete empates y 11 derrotas. 

Menos amarillas

Sobre cómo pueden influir los estilos, tema recurrente con dos entrenadores de marcada ejecución como Bordalás y Pellegrini, Hernández Hernández aseguró que tienen “las herramientas para que el partido se juegue correctamente. Todas las formas de afrontar un partido están bien”. Liberó de responsabilidad a lo que pueda suceder si el otro fútbol, que el técnico del Valencia maneja perfectamente, aparece en escena. “Nuestro fin es que se enmarque dentro del reglamento”, zanjó el responsable del VAR. 

Pero una final presenta siempre un contexto diferente. “Tengo la teoría de que en las finales hay menos amarillas, porque los equipos están focalizados en el tiempo, el rival y en ganar. Son partidos que ofrecen segundas oportunidades. Aunque nuestro criterio es siempre el mismo”, ha apuntado Hernández Hernández, quien estuvo como cuarto árbitro en el Calderón hace cuatro años en la final que enfrentó al Barça y al Alavés. El canario es un árbitro que precisamente se caracteriza por jugar lo máximo posible. 

“Nos duele cuando recibimos críticas, porque somos humanos. Tenemos un alto grado de autocrítica, pero nos molestan los comentarios que van a hacer daño. Falta educación deportiva”, criticó De Burgos Bengoetxea, quien ha tenido palabras para Luis Rubiales, presidente de la RFEF, tras una pregunta en alusión a los audios con Gerard Piqué. 

Defensa de Rubiales

“Lo conozco desde que es presidente de la AFE. Ha sido un trabajador por y para el fútbol. Él nos generó la oportunidad de tener, por primera vez en la historia, contratos laborales”, defendió el colegiado vasco, quien espera estar en un plano aún más “secundario” desde el VAR. En esas conversaciones, el central también hablaba del colectivo arbitral y del VAR. “Pongo la mano en el fuego por la honorabilidad de mi colectivo. Siempre hemos tenido libertad total para trabajar", zanjó Hernández Hernández

A pesar del cordial encuentro entre prensa y árbitros, estos hablan de una “prueba piloto” que no se regularizará en el día a día. “¿En qué partidos? Es complicado. Después de los mismos se busca la polémica. Es un terreno peligroso y hemos de dejar el protagonismo a los futbolistas”, explicaba Hernández Hernández, quien ha trasladado el discurso de la soledad y falta de tolerancia al error que ha sido esgrimida más de una vez por el estamento, que siente que no recibe reconocimiento cuando ejerce correctamente su labor. 

“También nos gustaría que nos felicitásemos por las decisiones que tomamos, como se hace con los jugadores”, pidió el colegiado de la final, aunque consciente de que su deseo no será una orden cumplida. 

"La presión hace a nuestro trabajo difícil. Rara vez un equipo que pierde suele estar contento con el árbitro”, sentenció De Burgos, admitiendo que las comparecencias “humanizan nuestra figura”, pero reiterando, en línea con su compañero, que el protagonismo es para los futbolistas. Este sábado se comprobará si son meros actores de reparto o aparecen arriba en los créditos de la película.